JOSÉ LUDOLFINO CHÁVES.

En 1900 Buenos Aires tenía 200.000 habitantes, los hijos de los gauchos no eran gauchitos, sino compadritos.

Aparecieron los conventillos para albergar a los inmigrantes y la frase típica del tango orillero que decía “guapos eran los de antes”.

En el arrabal junto al farol se paraba el malevo mientras la ciudad empezaba su desarrollo.

En nuestra región las cosas eran distintas, Misiones era Territorio Nacional, estaban arribando las corrientes migratorias y existían pequeños pueblos, algunos fundados por los padres jesuitas.

En ese 1900 nació en Concepción de la Sierra, José Ludolfino Cháves, en una familia de muchos hermanos; el poblado tenía la impronta colonizadora, la plaza principal, la iglesia, la municipalidad y la comisaría.

Estudio hasta segundo grado y dedico gran parte de su niñez a la lectura destacándose por su capacidad intelectual, con 27 años de edad fue Jefe del Registro Civil de la localidad de Garruchos, con 30 Comisario de Policía en Virasoro, con 33 Secretario del Juzgado de Paz de Concepción de la Sierra donde dicen algunos que también fue Juez.

Edito un diario que se llamaba “Patria”, por el cuál fue felicitado por el Presidente Hipólito Yrigoyen.