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Pensamos mucho en el nombre que más se adecuara a este papers, y al final coincidimos que este era el más adecuado.

Hace como 30 años, un grupo de leguleyos, cuervos para otros en modo peyorativo, resolvieron juntarse para jugar a la pelota.

Algunos le pegaban bien, otros más o menos, y el resto directamente le erraba.

Los llamaron “Los locos de la siesta”: se organizaron, jugaron e hicieron un reglamento. Lo violaron 20.000 veces pero siguieron adelante; hoy se rigen por las reglas de la “Conmebol”, o por la “Opinión de los Ancianos” como en los “Pueblos Originarios”.

Contrataron un técnico y viajaron a los Campeonatos Argentinos de Fútbol; entrenaron duro y eran muy competitivos. El reglamento no autorizaba que jugara cualquiera, sin embargo, los hijos de los miembros del grupo siempre tuvieron lugar en los partidos.

No vamos a nombrar a todos, siempre existirá una omisión involuntaria; y tampoco es un artículo de estadística.

Jugó Facundo el hijo del Mono, José y Juan Eduardo los hijos de Chili, los hijos de Marcelo, Esteban y Luciano de Rubén, Alejo el hijo de Damián, Juan Ignacio el hijo de Fergusson, Bruno-un fenómeno el flaco-hijo de Chiqui, Matías el hijo de Miguel; el querido Nico, hijo de Rubén Ordoñez, que con dolor nos dejó demasiado pronto.

El grupo tuvo muchos altibajos, se fueron algunos y vinieron otros; y los chicos siempre estuvieron, se hicieron grandes, profesionales; y hoy siguen estando.

En el grupo originario había de todo un poco, los que hablaban mucho, dentro y fuera de la cancha; el Negro Thomas nos macaneó una vez, le preguntamos cómo estaba y nos dijo “Bárbaro”, al mes decidió irse sin avisarnos. Él era así, así vivía.

Alguna vez leímos que el Ratón Ayala jugaba al fútbol en Paraná con su padre, y eso le producía una satisfacción enorme; lo mismo pasó en el grupo, Juan Eduardo vino a jugar con Chili, el Negrito Lensken con Julio: y también Juan Manuel Thomas que aparecía callado como si lo hiciera solo. Al final nos dimos cuenta que “el Negro” nos mintió de nuevo, como si fuese un “duende” venía a la cancha sin que nosotros lo viéramos, como era él, como vivía.

Ya juegan los tres en la Liga, Juan Eduardo sigue jugando con Chili, el Negrito con Julio, y Juan Manuel, por más que nos quieran hacer el verso “sigue jugando con el Negro”.

QUE VIVA EL FÚTBOL.

“In memoriam  de “Mijo Galeano”, “Damián Capella”, “Oscar Romero”, “Javier Canguro Alarcón” y “El Negro Thomas”.

Grupo de Fútbol de Abogados y Ramón Claudio Chávez.

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6 thoughts on “La mentira del Negro.

  1. Que buen recuerdo en palabras que jamas se van a perder y servirá para que los menores que se vayan integrando la conozcan y la sigan difundiendo y haciendo un modo de amistad y vida. Lindo homenaje para los amigos que no están y el valor de la nuevas promesas.

  2. Claudio como siempre certero en tus comentarios. Nadie mejor para describir a ese grupo de locos por el fútbol, que aún hoy seguimos pegándole a la pelota (peor que antes) pero con la misma pasión.

  3. Excelente nota, gran recuerdo para los que vivimos esa parte de la historia en el predio de abogados, recuerdo que me recibí y en el colegio lo conocí a Tico Medina que me invitó al predio. A los días me fueron a buscar a casa agrimensores, católica. En fin acá estoy 19 años dsp.

  4. Directo al corazón!! Y mezcla de tantos recuerdos, anécdotas y sentimientos. Todos buenos amigos a más de colegas. Y como la vida otra generación toma la posta y s8guen agigantando las figuras de los que nos persiguen con frases inolvidables!!!!!

  5. Mejor descripto imposible Claudio. A mí me llevo Julio Lenzken en 1997…; recién recibido, y forje muchas amistades. Me recibieron de 10, y ni hablar de los viajes a los torneos Regionales y Nacionales. Ahora, en estos tiempos de pandemia y salidas restringidas, uno valora todas esas cosas simples pero muy buenas. La verdad que es un orgullo ser parte del mismo.

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