CONVERSACIONES ENTRE DOS RATONES.



CONVERSACIONES ENTRE DOS RATONES.
La madriguera no daba más, el ratón macho se había mandado cambiar por otros nidos y la madre tuvo que criar a los 12 que quedaron.
Una mañana enardecida les dice a todos:
– ¡Bueno hasta acá llegué yo, les enseñé todo lo que tienen que saber para vivir, los alimenté mientras tanto y ahora les toca a ustedes laburar!
Diez entendieron el mensaje y se marcharon, dos, “Chupasangre” y “Malasangre”, se hicieron los otarios y comenzaron a dar vueltas por los alrededores.
No es necesario aclarar que eran “atorrantes” desde chiquitos y le iban a esquivar al esfuerzo de cualquier manera, incluso violando los códigos más elementales.
Chupasangre arranco con un discurso frenético:
– ¡La vida es para los vivos, yo voy a vivir sin laburar!
¿Cómo vas hacer?
– ¡Si querés seguime vamos a recorrer la ciudad y ver como vive la gente sin trabajar!
– ¡Primero saldremos de noche y luego corremos riesgos de día!
El otro, tan atorrante como él, se engancho enseguida y comenzaron a ver cómo funcionaba la noche.
La gente que trabajaba y la que no trabajaba iba a los restaurantes a cenar y muchos seguían de joda hasta el amanecer.
– ¡Viste más de la mitad no trabaja y sale igual que la otra!
¿De dónde sale la guita?
– ¡Tenemos que encontrar los curros!
Fueron de noche a la Municipalidad para hablar con el sereno, que casi los saca corriendo.
Malasangre canchero lo encara:
¡Que te pasa, te venimos a dar una mano y te perdés!
¿Qué mano pueden dar ustedes manga de vagos?
– ¡Por 100 pesos por noche cuidamos que no entre ningún ratón a la comuna, vos si querés acóstate a dormir!
– ¡No puedo acostarme Stelatto suele venir de noche!
– ¡Ese es un problema tuyo no nuestro!
Empezaron los hermanos a hacer que cuidaban la Municipalidad, recorrieron las cuevas y les dijeron a los otros de su género que no los querían ver por allí durante las noches.
– ¡Con 100 pesos con suerte nos alcanza para una chipa!
– ¡No sea negativo, vamos a conseguir dinero de la gente!
Le pidieron al sereno una pequeña panera vacía de mimbre y que les escriba en un cartón el siguiente cartel:
– ¡Somos dos personas indigentes y necesitamos de su ayuda para comprar comida!
– ¡Dios les retribuirá el doble!
¡Dejaron la canasta con el billete de cien en la vereda de enfrente!
Llegaron a juntar hasta quinientos pesos por la caridad de la gente.
Malasangre le dice al hermano:
– ¡Las personas se conmueven por acciones nobles!
– ¡Pero estamos mintiendo! Agrega Chupasangre.
¿Te preocupa?
– ¡Para nada!
Una noche vino pesada la mano con el sereno que estaba dispuesto a echarlos porque habían entrado ratones al Concejo Deliberante y se comieron la mitad de un expediente.
– ¡Epa que te pasa tri-tri- nosotros trabajamos en la Municipalidad no en el Concejo Deliberante!
¿Pero los que vienen deben ser conocidos de ustedes?
– ¡Los ratones son siempre ratones, nosotros no nos hacemos cargo de lo que hacen ellos!
– ¡Habla con la gente del Concejo, si hay “moneda” conversamos!
Empezaron a conocer gente, les gustaba la joda, si al fin de cuentas la guita venía de arriba.
Una tarde andaban por la costanera y pasaron dos chicas muy lindas por el lugar.
Al unísono les dicen:
– ¡Cuanta belleza suelta!
Una le contesta:
– ¡Antes de darle bola a dos ratones sigo trabajando en el IPS!
– ¡Justo que las íbamos a invitar a dar una vuelta en el Audi!
– ¡Bueno ahí podemos hablar!
En un atardecer se cruzaron de casualidad con unos de sus hermanos, ellos no lo reconocieron, pero el otro si:
– ¡A ustedes les va bien!
– ¡Sabiola men!
Entre charlas y charlas comenzaron a divagar:
– ¡Viste que casi todos nuestros amigos y conocidos se van de vacaciones a Cancún!
¿Por qué no podemos ir nosotros?
– ¡Porque no tenemos dinero!
– ¡La cuestión es subirse de “polizonte” a la bodega del avión, mirar cuando vuelve la gente y regresar en el mismo avión!
– ¡Entre tantas valijas nadie nos va reconocer!
Se fueron de vacaciones y estaban cada vez más agrandados.
En un tono desopilante, propios de los “buscas” Chupasangre le dice al hermano:
– ¡De vernos con tanta gente importante, a nosotros ya nos respetan, tenemos cierto linaje!
– ¡Yo quiero un trabajo permanente y bien remunerado!
– ¡Tenemos que conseguirnos un puesto de Asesor!
– ¡Cobras bien, no cumplís horarios, viajas, sos capo!
– ¡Déjate de delirar si ninguno de los dos no tiene ni siquiera la primaria!
– ¡Para ser Asesor no necesitas tener estudios, necesitas que te nombren nomás!
Moraleja:
– ¡El ratón siempre va ser ratón!
Ramón Claudio Chávez.
Muy buen relato! El que quiera oír, que oiga.
Así es la vida ,no de otra manera !! Y como decís vos el ratón siempre será ratón!! PERO PENSANDO BIEN, SE IMAGINAN LA CANTIDAD DE RATONES QUE HOY ESTÁN PASANDOLA DE DIEZ EN DISTINTAS PLAYAS DEL MUNDO? PERO COMO DIJE LA VIDA ES ASÍ Y NO DE OTRA MANERA!!!
Siempre habrá un vivo viviendo del tonto, creo que la cuestión es involucrarse y avivar a los tontos.
Algunos familiares se dedicaron al rock y otro se convirtió en ángel bienhechor de los que perdemos dientes..sin olvidar a un futbolista conocido
Muy buena metáfora. Cualquier parecido con la realidad humana es mera coincidencia. Para eso sirven las/OS ratas. Creo que en verdad nos copian las actitudes. Jaja,! Sin ofender a la raza humana. Habiendo tantos animales, somos biológicamente muy parecidos a las ratas. Ahí no usaron el masculino generalizador. el insulto es: eres una rata! Y nadie busca si la RAE lo acepta o no…..las ratas abandonan el barco, los ratones tal vez se quedan ………….
Mucho tiempo trabaje con ellos (solo eran blancos) ….y más los conocía más coincidencias encontraba.
En fin, cómo siempre tus relatos son disparadores de muchas cosas. Este en particular está genial. Y como siempre, mi mente sale eyectada a mil cuestiones y me voy al carajo. Jaja!
Dale! No dejes de escribir. Abrazo!
Cuantas caras le habremos puesto a esos ratones ja ja bien alli Claudio.