EL GALLO DE LA MADRUGADA.


EL GALLO DE LA MADRUGADA.
Si hay algo que no podemos discutir es la forma en que disfrutan del carnaval los brasileños.
Sin duda el carnaval de Río es el mejor del mundo. Con ese despliegue de colorido, magia y desenfreno del “sambodromo”; al igual que el carnaval callejero que se adueña de la ciudad en esos cuatro días locos.
Encontramos diversos estilos en las celebraciones, dependiendo del origen y zona, donde esta se desarrolla.
El espíritu inquieto de Raela, nos llevó un año a los carnavales de Recife y Olinda.
Llegamos a la primera de ellas y nos fuimos para Olinda. Una pequeña ciudad colonial, que es totalmente desbordada por el turismo en las fiestas de carnaval.
-¡Dale Negro eso tiene que ser bueno!
Es imposible conseguir alojamiento allí, por lo que hicimos lo que hace mucha gente, nos quedamos en una casa de familia, que parecía un hospedaje.
Habría entre 19 o 20 personas en el lugar, y rápidamente se formó un ambiente de camaradería.
Nos tocó dormir en una pequeña habitación del fondo, que solo poseía ventilador de techo, pero como era carnaval, no teníamos ganas ni tiempo para quejarnos.
En Olinda se disfrazan todos, desde el más pequeño hasta el más grande, y la fiesta se hace en cualquier lugar, suena la música o tocan los tambores, mientras la gente baila en las calles empedradas.
– ¡Olinda es la fiesta más linda!
La gente baila alegre y aplauden cuando se suma otro grupo a la diversión.
Ese aire colonial, te traslada a un Brasil de antaño, lleno de colorido, donde las diferencias sociales quedan en un segundo plano.
Tanto la Raela como yo, disfrutamos de cerveza y caipiriña a pleno, en medio de un clima efusivo que te alejan de la realidad.
Como la fiesta no tiene horario, en Olinda la noche era igual que el día. Muchas caricias, muchos besos.
La segunda parte de las vacaciones era en Recife, la ciudad pernambucana, enorme, junto al mar con aguas cálidas y muchos arrecifes.
Llegamos por la mañana al hotel, descansamos un rato, leímos los diarios y nos preocupamos un poco. En la noche anterior “grupos comandos” habían asaltado a tres hoteles repletos de turistas; se llevaron todo el dinero de los mismos.
Las noticias decían que los malvivientes portaban armas largas y actuaron con las víctimas con excesiva violencia.
Los periódicos reflejaban la peligrosidad de la ciudad, que era mucho más populosa de lo que nosotros creíamos.
Debemos actuar con cuidado, la guita al fin de cuenta era lo de menos, paro nuestra inquietud enfilaba hacia nuestra seguridad personal.
Por suerte, no se repitieron esos hechos delictivos; y el mar, el carnaval y el goce de esos días fueron totales.
En Recife a las 4 de la mañana hay sol alto, y a las 6 de la tarde oscurece.
Estábamos en la playa cuando escuchamos con la Raela un sonido musical que iba aumentando al acercarse.
A la media hora una multitud pasaba por la avenida que linda con el mar, tríos eléctricos ejecutando música, gente bailando, con muchas sombrillas multicolores e ingresando al mar, para luego continuar con la marcha y el baile.
Era la famosa bloque “O Galo da Madrugada”,” El gallo de la Madrugada” que recorría las calles de Recife, desde las 9 de la mañana hasta las 18.30 horas.
Nos pareció inicialmente una manifestación espontanea de la población, pero luego de observar la cantidad de personas que la integraban, entendimos que era el carnaval mismo.
Los brasileños suelen ser exagerados para calificar sus espectáculos, siempre dicen:
-¡O máis grade do mundo!
O Galo da Madrugada estaba integrada por nada más y nada menos, que dos millones de personas.
Cualquier persona del público puede participar y utilizar los disfraces que alquilan para los desfiles.
Mi novia quedo extasiada con la cantidad de gente que pasaba y quiso participar.
Alquilamos un traje de gitana de color rojo, que era el predominante en O Galo, y al segundo día se metió en el cuerpo de baile.
Desplegaba su gracia y belleza en la danza del grupo, con su vestido de gitana.
La danza tradicional se denomina “Frevo”, una danza tradicional que combina las raíces africanas en las percusiones y los sonidos propios de las marchas europeas; puede ser simple, pero también compleja.
Mi compañera de ruta parecía una integrante más del bloque, yo amagaba bailar, con una remera que tenía la inscripción de “O Galo da Madrugada”.
Ante tanta algarabía apareció un grupo de gitanos verdaderos bailando en la caravana, con (hombres y mujeres jóvenes).
Uno de ellos se enamoró inmediatamente de la Raela, y al verla que estaba conmigo, se me acercó y me dijo:
– ¡Te la compro!
– ¡No, ella no es gitana!
– ¡Te la compro igual!
– ¡Te doy dos camionetas cuatro por cuatro cero kilómetros!
– ¡Nosotros no vendemos a las personas!
– ¡Yo te puedo comprar igual, los gitanos podemos comprar mujeres que no son de nuestra raza!
– ¡Te doy tres camionetas entonces!
La Raela que en principio se sintió alagada con el cumplido, me empezó a mirar con desconfianza, ante el ofrecimiento del muchacho. Que continuó insistiendo.
La abracé fuertemente y nos alejamos del lugar.
Durante la noche, de luna llena y amor pleno, Raela me pregunta:
– ¿Vos me venderías?
Y le respondí con la letra de la canción “Cara de Gitana”:
– ¡Rubios tus cabellos
Cubrían tu cuerpo
Tan llena de amor
Te vi bailando…
El licor que bebo
Abre mis heridas
Me emborracha
Y más te quiero todavía ¡
Nos despertó el alba con nuestros cuerpos entrelazados.
Ramón Claudio Chávez.
www.ideasdelnorte.com.ar
Bella narración de su más que emocionante cultura del carnaval. Maxime en ésa zona llena de misterios y sueños de un pueblo que vive su carnaval tratando de olvidar todo su dolor y lucha diaria de toda la vida. ESTIMADO RAMÓN CLAUDIO, ME ISISTE VIVIR OTRO FINDE MARAVILLOSO LLEVADO POR LA MAJIA DE TU IMAGINACIÓN Y VIVENVCIAS PROPIAS .TE DESEO QUE DISFRUTES LA SEMANA IMAGINANDO TU PRÓXIMA CREACIÓN!!!LUPIN.
El remate con el gitano: impagable, elevó el valor de mercado de La Raela. Como siempre, muy bueno lo tuyo, amigo.
Es que la Raela no tiene precio…
Hermosa descripción de los carnavales!! Justo para esta época del año.. Sin duda el de Río es el más popular, pero el de Olinda el más hermoso!!
Sin lugar a dudas uno se siente transportado y llevado fácilmente por la narración hasta el lugar y el momento. Suficiente estímulo el de estas letras para contagiarte de la pasión carioca. Muy bueno Doc. Mejor aún porque no la vendió a la Raela.
Bello relato. Picante. Estimulante. Inspirador. En Recife el Gallo nunca duerme, siempre está despierto. Quiquiriquí! Quiquiriquí! Quiquiriquí!
Gracias por el viaje Claudio! Impagable!