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NORMA NEUMAN _BASTONERA DEL CLUB SOCIAL SAN MARTÍN._
LUPIN GUIMARAEZ DE BAHÍA SAMBA SHOW_MARY SEMEGUEN Y TERCY OLEXIN._

TRES PAYASOS Y UNA ILUSIÓN.

 Los Carnavales en la región, tuvieron en una época, un gran momento de esplendor.

 Santo Tomé se destacaba por el brillo de la fiesta, las comparsas y la scolas de samba, con un despliegue de escenografía y música que cautivaba.

 A iniciativa de un grupo de vecinos, también en Apóstoles comenzaron los corsos; primeramente, con un desfile para los más pequeños.

 Luego los mayores se comprometieron a organizarlos, con una dimensión que trascendió las fronteras de la ciudad incipiente.

 Todo se hacía a pulmón, no había un redito económico.
El Club San Martín dio el puntapié inicial y la Municipalidad autorizó la realización de la fiesta sobre la calle Belgrano; desde la Plazoleta Sarmiento hasta la esquina de los almacenes de Scotto y Llamosas.
 La entrada era libre y gratuita, la asistencia del público colmó ampliamente las expectativas.

 A la comparsa y scola de samba del Club San Martín, se agregó la del Club Social, y luego Bahía Samba Show.

 La preparación de los grupos, las vestimentas y los ritmos demandaban mucho tiempo de ensayo, todos querían ser los mejores.

 Un reconocimiento especial a las chicas apostoleñas que participaban, bellísimas, danzando al ritmo de la música de un carnaval casi carioca.

 En ese trajinar de los preparativos de la fiesta, a mi tía Ignacia Ibarra se le ocurrió que participáramos en la categoría “Máscara suelta”.

 Eligió un traje del carnaval de Río de la revista “O Cruzeiro”, concretamente un payaso con un espectacular vestuario.

 Le habló a mi hermano Toto y a mi para preparar tres trajes como eso, para participar de los corsos; y que nadie nos conozca.

 Trabajamos intensamente dos meses y medio preparando los atuendos, donde se destacaba un pantalón cubierto por cuadros pequeños de plástico multicolor, que debía cortarse para luego coserlo con máquina.

 Más que un disfraz humorístico, lo nuestro era artístico, los tres eran iguales, y sumamente lindos.

 Mi hermano andaría rondando los 12 años y yo los 10.

 Al ser tan chico, poseía cierto temor, por la reacción de la gente, respecto al cuidado de mi disfraz.

 Además del pantalón con cuadritos multicolores, teníamos los zapatos típicos de los payasos, una camisa blanca con rayas verticales roja, un chaleco celeste con lentejuelas, máscara de bolsa de arpillera con orificios en los ojos, la nariz y la boca, sumado a una peluca al mejor estilo de los personajes antiguos de película.

 A Ignacia se le ocurrió llevar un palo de 1,90 donde atábamos globos de distintos colores, eso llevabamos mi hermano y yo.

 La coreografía de la directora de los payasos, comprendía que debíamos mezclarnos con el público en forma separada, y ponernos en pose de observadores de los corsos.

 El éxito de los disfraces fue inmediatamente reconocido, primero con el aplauso, y luego “con la intriga de quienes en realidad éramos”.

 Toto llevó el primer día el palo con los globos, cuando se insertaba con el público, los pícaros de siempre, reventaban los globos con cigarrillos.

 Yo no llevo más y me encomendó la tarea a mí.

 El segundo día, siguiendo la coreografía ideada me mezclo con el público en la zona donde estaba la Farmacia Losada, y me ocurre lo mismo con los globos.
Los cigarrillos los hicieron pomada, yo me daba vuelta para buscar al chistoso y todos se hacían los boludos.

 Pese a los inconvenientes, estábamos contentos porque nadie sabía quienes eran esos tres payasos, nosotros no hablábamos con la gente para no ser descubiertos.

 Yo tenía en mi casa una foto de los tres payasos, pequeña, pero foto al fin, como ocurría siempre, algún amigo o familiar lo llevó y nunca volvió.

 Les debo la foto de los tres payasos y su ilusión.

 Las chicas bailaban al ritmo de las batucadas, ejecutadas magistralmente por el zurdo de Lupín Guimaraez, o el redoblante de Choché Máquina Fiorito, y todos los integrantes de las distintas escuelas de samba, la gente se contagiaba danzando y aplaudiendo a tan hermosa demostración.

 Por entonces no había equipos de sonido e iluminación como existe hoy; pero esos corsos no tenían nada que envidiarle a los de Gualeguaychú.

 Adelio Suarez diría:

– ¡No cabe una aguja en la calle Belgrano!

 Todos se esmeraban para ser los mejores, con la música, con el baile y con el despliegue fervoroso de la hinchada que era el público.

 Entendimos que éramos candidatos para llevarnos el trofeo de la mejor máscara suelta, pero nos encontramos con una competencia que no imaginábamos.

 Chiche Barrios, pariente de los Barrios que vivían y viven detrás del edificio actual de la escuela normal, se fue a Buenos Aires y regreso para el carnaval con un amigo.

 Se disfrazaron de mujer, con dos vestidos largos llenos de lentejuelas, tacos altos y pelucas verdaderas.

 Ambos bailaban al son de la música carioca con todos los grupos que pasaban, lo hacían con mucha gracia y también glamour.

 El jurado decidió darnos el premio a nosotros y también a ellos. Lo que me pareció justo.

 Los payasos no íbamos a los bailes del club San Martín disfrazados para no ser reconocidos, Chiche y su amigo, si lo hacían y bailaban hasta que las velas ardan.

 Con el trofeo fuimos el último día, pero no nos quedamos poco porque la gente estaba obsesionada en saber quiénes éramos.

 En el pueblo se hablaba muchísimo de la fiesta, de la música, de la belleza de las chicas, empezó a venir gente de otros lugares, incluso de Posadas. La algarabía era total.

 Con el tiempo le di la dimensión real a nuestros disfraces, la estrategia de mantener la intriga sobre nuestra identidad dio resultado.

 Pero le resto gracia a los actores, nosotros éramos mudos, bailábamos muy poco y no jugábamos con los chicos como lo hace cualquier payaso.

No se planteo en ese momento, pero quizás en un mensaje “sub-liminal” le mostramos a la gente, que “los payasos también son tristes”.

 Ramón Claudio Chávez.

www.ideasdelnorte.com.ar

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14 thoughts on “TRES PAYASOS Y UNA ILUSIÓN.

  1. Ramón Claudio hiciste un somero pantallaso,bien logrado de lo que fue nuestro hermoso carnaval de Apóstoles. Por supuesto tiene mucho valor para la gente de nuestro tiempo .la juventud ni idea de lo que hablamos. Pero me hiciste hacer un recorrido mental por todo lo vivido ( para mí) la época más hermosa del Rey momo. Hay tantas historias hermosas para contar que da para seguir escribiendo. Aprovechando que nombraste al ” Masuina ” quiero hacer un homenaje al mago del redoblante JOSÉ HUMBERTO FIORITO ” CHOCHE ” Que ya está disfrutando de las verdes praderas del paraíso junto a nuestro Señor. Querido Ramón Claudio hay tanto para escribir sobre nuestro carnaval que da para seguir .Abrazos y Bendiciones a todos los que disfrutaron de nuestra hobra. LUPIN.

  2. Los carnavales apostoleños tenían magia. Cuando sonaba la scola do samba te ponía piel de gallina. Que tiempos aquellos. Gracias Kuki por rememorar esos momentos inolvidables.

  3. Una evocación cariñosa de los corsos de antaño, ” con algo muy cierto “a pulmón”. Los corsos justifican un tratado de sociología, en definitiva Que son? Una tregua?ritmo,belleza,sensualidad, llevado a lo superlativo, quizás para recordarnos que con nuestra enmascarada diario nos estamos perdiendo lo mejor de la vida

  4. Estimado que transporte al pasado tan familiero, simple y muy divertido. Las fotos son una hermosa prueba del éxito de los carnavales apostoleños!! Muy buena memoria y narración de vivencias

  5. Siempre que vueltas algo de Apóstoles de antaño, me sumerjo en una película blanco y negro y no sabes lo que la disfruto. Buena narración y rescate de la memoria colectiva.

  6. En el 69, junto con mi padre y sus tres hermanos, participamos por primera vez en la Scola do samba del San Martín. Uno de mis tíos lo hizo en el cuerpo de baile. Dos de ellos conocieron ahí (en el cuerpo de baile) a quienes hasta hoy, son sus esposas.
    Yo tocaba “la sartén”, y mí maestro de ese instrumento carnestolendo fue nada menos que el querido “Zorro” Zains.
    El gordo Moncheski (guarda de colectivos), era el director de la Scola do samba.
    La rivalidad con el Social, Unión y después con el Ucraniano, generaba una inusual competencia.
    Existían “espías” de otros clubes que venían solapadamente, a “copiar” nuestros ritmos. Eso hizo que un socio del club pusiera a disposición su camión para que fuéramos a practicar nuestros ritmos “secretos” en un camino de colonia, alejados del pueblo y en la oscuridad y en el club solo practicabamos ritmos para la “gilada”, pues no los tocábamos en el corso.
    Oh témpora! Oh mores!

  7. Que hermosa narración de aquella época donde la diversion era en familia. Las fotos hermosas pruebas del brillo de los carnavales apostoleños. Muy buena memoria!!

  8. Que hermoso relato? Muy lindo. Cargado de recuerdos, anteriores a mi tiempo de apostoleñs, pero nombres y lugares conocidos . Las fotos espectaculares. Y los payasos me los imaginé. No dejes de escribir Artesano de los relatos. Abrazo!

  9. Hola Amigo Ramon.
    Me acuerdo, que allá por el 65/66 le convencí a mamá que me dejara conocer los corsos, justo lo de Apóstoles, fui con mi primo, mi mamá estaba circunstancial mente por razones de salud, yo fui a vicitala, mas para estar en el carnaval, mi camisa blanca, pantalón corto, mi gastada alpargata de yute, el problema que el dedo gordo se asomaba por el agujero, la primera noche mi primo me dejó acompañarle, la segunda ya no… cuestionó el estado de mis ” mocasines agropecuarios” en estado deplorable, como lloré esa noche por no poder ir.
    Me quedó el recuerdo de ver a las Polakitas vailar con esas polleritas ” Cortitas”.

  10. Muy buen relato Claudio, recién hoy me hice un tiempo para leerlo, si bien no participe de ellos tengo fotos de mamá y mis tías con sus disfraces, recuerdo que mamá está disfrazada de Cowboys con pistolas y todo el show. También tengo sus relatos en los que nombra a Mazur como participe en los coros.
    En fin otros tiempos, con la diversión más sana.

  11. Ese Apóstoles de calles de tierra, mucha arboleda sin podas asesinas y sin miedo, solo queda en el recuerdo de memoriosos como el doc.
    Recuerdo esos carnavales primeros, todo un acontecimiento en el pueblito rural. Gracias por el aporte!.

  12. Hola queridos Apostoleños. Que bueno tener la oportunidad de recordar los Carnavales fiesta donde participaba casi todo el pueblo. Recuerdo la fabricacion dd la carroza del Club San Martin del cual eramos socio desde el inicio teniamos como presidente al contador JulianTarnoski. En la carpinteria frente a mi casa de Eduardo Barchuk. haciendo esquina con la Escuela No 236. El motivo era una lancha hecha integramente de madera terciada.Nuestra Reina era Coca Barrufaldi que fue la que gano el reinado ese año.Y claro que todo se hacia a pulmon y todos colaborabamos. Gracias por los recuerdos y aprovecho la oportunidad para invitarlos a los que deseen de participar del Centro de Estudios Históricos y Sociales de Apostoles.C.E.H.S.A. Para mas informacion: Carmen Semchuk promocion 73 Escuela .Normal.Apostoles.
    Ramon Cura
    correo-ramoncura@hotmail.com

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