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TE VA ATENDER PANTERA.

 Es muy común que, en las ciudades medianas y grandes, las terminales de colectivos, sean siempre un lugar de reunión de personas.

En tiempos remotos, y no tanto, la gente que venía del interior a la capital por cualquier razón; realizaba los tramites y regresaba a la zona donde partían los colectivos.

 Si tenían que permanecer más de un día se alojaban en pequeños hoteles en las inmediaciones de la terminal.

 Como los boletos para viajar se adquirían en las boleterías de las líneas de trasporte, o en el mismo; el pasajero sabía que él debía esperar el colectivo, no el colectivo a él.

 Había otra razón también. La falta de dinero impedía tomarse un taxi, por ello, temían llegar a la estación y que su transporte haya partido.

 Si sobraba una moneda y el cole salía a las una de la tarde, iban al Bar de Toto que preparaba unos guisos “bien caldudos”, con carne, arroz y fideos.

 Se chupaban “los dedos” e incluso “los codos” porque había que comer de parado.

 La ausencia de la vieja terminal no dejo despoblada la zona, en la avenida Mitre se encuentra el Sanatorio más grande de la ciudad, y junto él, en dirección a la avenida Corrientes el edificio de la Justicia Federal.

 La zona se convirtió en un incesante ir y venir de personas, que venían a la consulta médica o a los Juzgados Federales.

 Si hizo común cruzarse en las veredas con abogados y médicos que por motivos diferentes concurrían al lugar.

 Siempre encontramos allí, a personajes populares que no pasan desapercibidos, para los profesionales y para las personas que deben concurrir al Sanatorio o a los Juzgados.

 Uno de ellos, era el famoso “Pantera Ocampo”, que tenía en la intersección de ambos edificios, un puesto ambulante de venta de diarios, chipas, miel, pan casero y también revistas.

 Nunca se supo si tenía autorización municipal para estar en el lugar, pero era tan conocido el hombre, que no nos debería extrañar que el dueño del sanatorio o el presidente de la Cámara de Apelaciones eran quiénes le permitían desarrollar su trabajo en la misma vereda.

 Pantera era una persona delgada, cabello negro y “bigotes mostacholi”, parecía tener menor edad de la que en realidad poseía.

 Con Ocampo se podía hablar de cualquier tema, de fútbol, de filosofía y también de política. No era ningún “caído de catre”, tenía barrio y “mucha calle”.

 Fue empleado del Banco Provincia, y luego del despido vivía de lo que podía. No tenía problemas en organizar una fiesta si lo contrataban, sin importar la cantidad de comensales.

 Poseía buena memoria visual, conocía a todos y los trataba con respeto.

 Era más conocido que los guardias del Juzgado e incluso que el mismo Juez Federal en lo Penal.

 Hablaba a la gente y les decía:

– ¡El doctor Fernández no atiende esta semana, recién la otra!

– ¡Nosotros venimos de San Vicente!

– ¡Hay uno que es muy bueno consulte con él!

– ¡No venimos la semana que viene, queremos ver a nuestro médico de confianza!

 Algunas personas desconfiaban de la información del vendedor callejero, e ingresaban al sanatorio para consultar.

– ¡No me creyó don!

¿Qué necesidad tengo de mentirle?

Solía desaparecer algunos días, todos preguntaban:

– ¿Qué pasa que no vino Pantera?

 Por la dificultad en las comunicaciones y llegadas tardes a las audiencias en el Juzgado, empezó a circular una versión.

 – ¡Si llegas después de la once, “Te atiende Pantera”!

 El se enteró de la muletilla y lo tomó con humor.

 Los que llegaban después de la once solían preguntar:

– ¿Me atendes vos Pantera?

 – ¡Termino esto y voy!, sostenía.

 Cuando llegaban las secretarias o abogadas jóvenes, muy galante las recibía.

– ¡Doctora ahora que la veo mañana empiezo mi juicio de divorcio!, o

– ¡Era un día nublado, llego usted y salió el sol”

 No era de quejarse, pero se notaba que la vida lo había golpeado fuerte.

 Pese a ello, muchas mañanas de invierno, o de lluvia, se bancaba con una campera gastada por el uso.

 Un enfisema pulmonar lo llevó al Hospital como dos meses, la gente preguntaba por él, no quería que supieran que estaba enfermo necesitando apoyo moral y económico.

 Regreso haciendo chistes:

– ¡Tengo que terminar trabajo atrasado!

 Seguía la historia:

– ¡Si llegas después de las once te atiende Pantera!

 Todos les decían:

– ¡No fumes tanto, el de arriba te está avisando!

– ¡Estoy fumando mucho menos!

 Para su desgracia, los “sinvergüenzas de siempre” que le pedían revistas fiado, no le pagaron.

– ¡Le pedí 20 veces, no le pido más!

 El atril donde exhibía los diarios y revistas, solo tenían diarios.

 Se ausentó un tiempo largo, no pudo venir a despedirse, les lleno de tristeza a todos saber que había partido definitivamente.

 Se fue para siempre Pantera Ocampo, la foto de la portada no tiene a nadie, porque como dice Alberto Cortez:

– ¡Cuando un amigo se va, queda un espacio vacío, que  no lo puede llenar la llegada de otro amigo!

 Ramon Claudio Chávez.

www.ideasdelnorte.com.ar

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9 thoughts on “TE VA ATENDER PANTERA.

  1. Estimado Ramón Claudio, hoy me encontraste desprevenido y me sorprendiste con un golpe bajo !! Una historia de vida de un luchador incansable, un personaje como pocos .Me hizo acordar de Chiquito guimaraez, un gran personaje de nuestra época. Aunque su apellido era NASADE todos lo conocíamos como CHIQUITO GUIMARAEZ .Gracias por compartir con nosotros éstas historias de las cuales en nuestra tierra hay muchas esperando la pluma del MAESTRO para que se la conozca .Gracias, admiración y respeto por tanta sapiencia .ABRAZOS Y ÉXITOS. LUPIN .

  2. Cuantas verdades cuántos días de lluvia y de frío y el viejo pantera siempre firme bajo el techito ..del sanatorio o del juzgado…muchas veces mojado con mucho frío pero el estaba…pregunta a pantara…ja ja ja ja sabía todo …que médico atendía o no en el consultorio…que el secretario tal te te va a atender está en audiencia…terrible..Dios lo tenga en la gloria… gracias por recordarlos…doc…abrazo ..

  3. Personajes que están en todos los pueblos! También Apóstoles tuvo el suyo vendiendo diarios, no supe nunca su nombre debido mi corta edad, iba a segundo o tercer grado, pero recuerdo que al bajar del colectivo en la vieja terminal siempre estaba ahí presente.

  4. PANTERA! Que personaje! Siempre con una sonrisa!!!! Se lo extraña en “su” lugar!!!!… buena gente. Se nota su ausencia, pareciera que aún se lo ve allí. Que lindo recordarlo, aún lo nombramos cuando viene alguien fuera de hora, en forma de chiste.. nos reimos y así siempre está presente. QEPD querido Pantera.

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