COCOCHO DE INSTITUTO.

COCOCHO-ALTA CÓRDOBA.
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COCOCHO DE INSTITUTO.

El Mundial de Qatar ha brindado una bocanada de alegría a la gente. El triunfo 2 a 1 frente a la selección australiana colocó al equipo argentino entre los ocho mejores del campeonato.

Para salir campeones hay que ganar tres partidos, ojalá se dé, es el último mundial de Messi y debe ser el único trofeo que hasta ahora no pudo ganar.

 Como todo el mundo habla de eso, echemos a una mirada, al fútbol doméstico, al de cabotaje que ahora está en modo no pasa nada.

Ha sido un buen año para los equipos cordobeses. Talleres que juega en primera llego a las instancias finales de la Copa Argentina. Belgrano e Instituto lograron el ascenso y el año próximo, jugaran en la máxima división. Racing de Córdoba por su parte obtuvo el pase para jugar en el Nacional B.

 Pepe era cordobés, Juancho sanjuanino, Ciruja y Pichón eran de la provincia de Buenos Aires. Se conocieron en una fábrica de electrodomésticos donde trabajaban y concretaron una linda amistad. Cuando se juntaban , salían a divertirse o compartían veladas gastronómicas.

La fábrica quebró, Pepe decidió regresar a su provincia al igual que Juancho y los otros dos permanecieron en Buenos Aires. No perdieron el contacto y en las vacaciones se juntaban en la casa de alguno.

 Los formatos de los campeonatos de fútbol por entonces, eran distintos de los actuales, donde todo se programa de acuerdo de los intereses de la televisión y el negocio que todo eso genera.

 En las vacaciones los jugadores de antes se iban a Mar del Plata o a Pinamar, abandonando por la general la diete estricta que cumplían durante los campeonatos. Mientras que ahora se van una semana y media a una isla paradisíaca, para reincorporarse a la pretemporada y el torneo que comenzara pronto.

En unas vacaciones, Juancho, Ciruja y Pichón, coincidieron en la casa de Pepe, en la capital cordobesa. De allí iban a las sierras, a los arroyos, que los cordobeses llaman ríos, con el pretexto principal de juntarse.

Una noche de sábado el Ciruja se despacha:

¿Qué ganas de ver un partido de fútbol, no hay nada Pepe?

– ¡Creo que no, pero déjame averiguar!

– ¡Parece que en la cancha de Instituto hay un partido de pretemporada, juegan Racing de Córdoba y Estudiantes de Rio Cuarto, pero es solo un amistoso!

– ¡Vamos! -dijeron los cuatro

– ¡Es un amistoso, esos partidos suelen ser un bodrio! Se adelantó Pepe para evitar reproches posteriores.

 Entre risas y cargados abordaron el colectivo hacia Alta Córdoba y contrariamente a lo que suponían el marco de público era mucho mayor al esperado. Compraron las entradas en las boletarías del estadio y se tuvieron que ubicar detrás de uno de los arcos porque faltaba poco para el inició y la cancha estaba ocupada en un 90 %.

Pichón rápido de reflejos le dice al anfitrión:

– ¡En Córdoba no hay espectáculos que la gente viene a ver un amistoso de fútbol el sábado a la noche!

– ¡Yo vine a tomar cerveza! -contesto Pepe.

 El partido era aburridísimo de verdad, el espectáculo era el público que empezó por alentar a Instituto que no jugaba. En la parte alta de la tribuna donde estaban los amigos, se ubicó un gordo que fue la estrella de la noche sin jugar, con sus comentarios irónicos y graciosos.

Cococho se llamaba, así le decían sus amigos, mientras se pasaban el recipiente lleno de cerveza más caliente que espumante. El hombre haciendo gala de su histrionismo parecía un personaje de “café concert”, era muy rápido para comentar lo que acontecía en la tribuna y en el campo de juego:

– ¡Uyy mira quien entra, Zolórzano, ese está más gordo que yo, que ya llevo 10 años retirado del fulbo!

– ¡Estudiantes de Rio Cuarto es del secundario o de la universidad!

– ¡Tiene menos hinchas que la bandita de mi barrio!

– ¡La gente de la gloria parece que no corto el pasto desde el mes de noviembre, así que no se les ve a los jugadores!

– ¡Pagamos platea y estamos tomando cerveza caliente, no llegó el repartidor de hielo!

– ¡Seguramente pensaron que no iba a venir nadie a la cancha y hasta doña Chirula con sus nietos apareció!

 – ¡Si el primer tiempo es malo, me imagino lo que debe ser el segundo, cuando entren los suplentes, creo que me voy antes a mirar la novela mejicana!

 Así estuvo Cococho todo el primer tiempo, hablando en voz alta y haciendo reír a la gente con sus comentarios. El calor era insoportable como la cerveza caliente.

 Siempre en los partidos aparece alguien que tiene esa chispa para hacer comentarios, tanto de la gente, como de los mismos jugadores. Empezó el segundo tiempo y el tipo sabiendo que tenía audiencia no paraba de hacer comentarios.

– ¡Ahí van a hacer un cambio; no ese pensé que lo habían rajado de Racing; le falta pique, gambeta y gol!

Viene un avance hacia el arco donde estaban los amigos, el mediocampista le pasa la redonda al recién ingresado y este la tira tan alto, ¡que el balón sale por encima de la tribuna hacía los techos de la casa de algún vecino!

 Cococho no se la dejo pasar:

– ¡Vieron que les avisé no es malo es malísimo!

– ¡Flaco pedí el cambio, lo tuyo no es el futbo, anda a pedir laburo en la línea 26, vos sos colectivero de alma!

Los técnicos seguían haciendo cambios y el hombre de la tribuna

replica:

– ¡Paren un poco, jueguen a la pelota, pagamos la entrada para ver un partido, no un campeonato de barrio, sino devuelvan la guita!

Como para cerrar la noche, paso caminado por el pasillo ubicado detrás del arco un hombre con un canasto, expresando a viva vos:

– ¡Alfafores muchachos!

Cococho desde lo alto le pregunta:

¿Qué vendeis varón?

– ¡Alfafores muchachos!

¿Que vendeis varón?

– ¡Alfafores muchachos!

¿Que vendeis varón? -de nuevo.

El señor al que le faltaba un diente mira hacia lo alto, lo identifica al gordo, se tapa con un dedo el espacio donde no estaba su diente, y le contesta:

– ¡Alfajores y la p… que te parió?

Termino el partido, se fueron todos disconformes con el espectáculo.

 Mientras caminaban saliendo del estadio, Juancho les dice a sus amigos, vamos a una cantina donde tengan empanadas y cerveza fría.

La cancha un desastre, un robo a la gente, pero a mí me pago la entrada el gordo Cococho con sus comentarios.

 Estuvieron todos de acuerdo.

Ramón Claudio Chávez.

www.ideasdelnorte.coma.r

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5 respuestas

  1. Buena pintura de “eso de ir a ver fútbol “, que muchas veces solo es un pretexto para salir con amigos y chupetear un rato. Así que no importaba mucho el nivel del encuentro futbolero.

  2. Estimado Doc. su texto no hace más que refrendar la demanda que le hiciera en algún momento, de que escriba algún anecdotario sobre el fútbol de los club de Apóstoles.

  3. ESTIMADO RAMÓN CLAUDIO, UN PANTALLASO LIGERO DEL MEJOR ESPECTÁCULO DE LA TIERRA .NO CREO QUE HAYA UN RINCÓN DEL PLANETA DONDE NO SE JUEGUE A LA PELOTA. UNA DE LAS COSAS NO E PODIDO HACER, A PESAR DE QUE ME ENCANTA ÉSTE DEPORTE.NO IMPORTA, LO DEJO PARA LA PRÓXIMA VIDA. ME ENCANTÓ EL RELATO Y SUS PERSONAJES. ABRAZOS Y ÉXITOS!!! LUPIN.

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