LUPÍN.

HISTORIAS DE VIDA.
LUPÍN Y DOS AMIGOS.

LUPÍN.

Apóstoles había dejado atrás esa esencia de pueblo para convertirse en una pequeña ciudad con destino de crecimiento. Pese a ello, muchas costumbres perduraron, como los carritos de la colonia con los colonos que venían a vender los productos de la huerta, mandioca, y leche en botellas de vidrio.

El movimiento social y económico, no constituía impedimento para que los pobladores se conocieran como antaño, aunque de a poco fueron variando los hábitos y las costumbres. La televisión no había llegado, el cine era el encuentro social obligado de las familias los fines de semana. Para ir al cine, había que empilcharse, era todo un acontecimiento social y los jóvenes aprovechaban la ocasión para cruzarse miradas cómplices.

Concurrir era disfrutar las películas y cruzarse con un personaje que trabajaba en el lugar. “Lupín” lo apodaron sus amigos por aquella famosa historieta creada por Guillermo Guerrero que en cierto modo se auto referenciaba. Hoy es una serie exitosa de Netflix, aunque con otra temática Se acostumbro a que lo llamaran por su apodo.

Su verdadero nombre es Rogelio Guimaraez y vino al pueblo siendo muy joven desde la serranía misionera, en las inmediaciones del “Establecimiento el 43”. Inmediatamente se puso a trabajar y ser conocido por todos. En el cine era una especie de “influencer”, encargado de las relaciones públicas, controlaba en el acceso, ubicaba a los espectadores con su linterna cuando la película ya había comenzado. Siempre estaba pulcramente vestido; en el invierno usaba un sobre todo bordó, era más parecido a un “botones” del Hotel Plaza de la Quinta Avenida de Nueva Yord.

Mientras “el polaco Burtnik” se encargaba de la exhibición de los films, Lupín estaba atento a cuanto requerimiento había, incluso en los matinés del domingo, cuando los chicos imitaban el galope de los caballos en las películas de conwoy golpeando los pies en el piso de madera de la sala.

En ese mismo tiempo, comenzaron a realizarse los carnavales apóstoleños, en principio sobre la calle Pellegrini y luego en la Belgrano con el auspicio de la Municipalidad. El Club Social San Martín y el Club Social, competían con carrozas, comparsa y scola de samba.

El recordado Pepe Castro llegado de Santo Tomé, comenzó con la organización de la scola del Club Social. Pepe conocía intensamente los corsos santotomeños, que se parecían a los del Brasil, especialmente en los ritmos.

Al poco tiempo, Lupín se convirtió en director de la scola de samba, Choché Fioritto tocaba como los dioses el redoblante, acompañada por otros intérpretes, que deleitaban al público con los cambios de ritmo de la batucada, samba enredo, y permitían el lucimiento de las bellas jóvenes de la comparsa.

Al año siguiente, Pepe Castro, Lupín y los otros muchachos armaron la scola de samba del Club Ucraniano, con el mismo éxito y la repercusión de cuando representaban al Social.

Apóstoles fue reconocida como la capital del carnaval misionero por el éxito de su organización, la vestimenta y la presentación de los clubes en la calle. Además de los clubes San Martín y Social, comenzó a participar el Club Unión, y la novedosa scola de samba “Bahía”, con la dirección del inefable Rogelio y la música contagiosa propia de los mejores carnavales. Bahía continuo un tiempo actuando en otros sitios, cuando los corsos dejaron de organizarse.

Los clubes comenzaron a participar en los carnavales de la capital provincial con gran suceso. El Dr. Juan Carlos Guerra, presidente del Club Jorge Gibson Brown, contrato a Lupín para que enseñara los ritmos a los muchachos del club que presidía. Rogelio lo hizo acompañado por Choché “Máquina” Fiorito y Alberto Nene Sotelo, obtuvieron el primer premio en scola de samba en los corsos capitalinos.

Posteriormente los jóvenes de la ciudad descubrieron el boliche, lugar obligado de reunión los días sábados, estudiantes secundarios, de magisterio, universitarios que venían los fines de semana y otros de la Empresa Vialco, que estaban construyendo el asfalto desde Apóstoles a la ciudad de Posadas. Lupín salía del cine y venía a “Tequila”, de Negrito Scotto; se decía que al boliche nunca había que llegar muy temprano, por lo que el podía cumplir con su trabajo y el momento de esparcimiento.  En la primera parte de la noche, los ritmos tenían ese aire a la música disco, para culminar con “la luz negra” y su romanticismo, canciones como “Love Story de Taylor Swit, o, “Como deseo ser tu amor” de Los Galos.
La moda del boliche atrapó tanto a las chicas y chicos del lugar, comenzaron allí muchos romances.

Necho de Paula adquirió los derechos del Cine Rex; Lupín comenzó a trabajar en “Comercial Caballero”, de Don Isabelino Caballero y sus hijos. De pronto dejo de frecuentar los lugares de la ciudad porque se traslado en su nuevo laburo a la ciudad de Santo Tomé, donde permaneció mucho tiempo.

Rogelio se casó con Julia, a quién como no podía ser de otra manera, la conoció en el cine y ya son abuelos.

Sostiene que siempre observo a sus buenos maestros, y pudo separar la diversión del trabajo, para sentirse realizado en la vida.

Ramón Claudio Chávez.

www.ideasdelnorte.com.ar

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6 respuestas

  1. GRACIAS QUERIDO AMIGO RAMÓN CLAUDIO. SI TUVE EXITO EN NUESTRO MOVIMIENTO FUE PORQUE TUVE GRANDES MAESTROS QUE ME GUIARON Y GRANDES AMIGOS QUE ME ACOMPAÑANARON EN TODO .SOLO TENGO QUE AGRADECER Y BENDECIR A ÉSAS PERSONAS. UN ABRAZO DEL ALMA. LUPIN .

    1. Lupin querido…las cosas del destino no? Quien diría que con el paso de los años, hoy seríamos vecinos.
      Al doc le cuento que además de los personajes mencionados, el querido Jorge “Negro” Gómez y este servidor, también formamos parte de aquella primera scola do zamba del club Brown.
      Y a Lupin le pregunto quién es el que está entre él y Quique “Pascualina”? Me resulta conocido.

      1. Gracias Dani, mediante tu gentileza pude hacer contacto con mi amigo Lupin. Ahora mantenemos comunicación seguida. Una gran persona. El conductor del “trueno Naranja” jaja.

  2. Una reseña con la fresca impronta que le impone el doc. Me ha encantado, rememorando fotos sepia de escenas y personajes que ya se diluyen en la bruma del tiempo, de un ayer menos conflictivo que los tiempos que hoy vivimos.

  3. Gracias por refrescar la historia apostoleña, si bien no participé, lo conozco de “mentas” he visto en casa unas fotos de mamá disfrazada de cowboy participando en esos Corsos tan populares.

  4. Vaya que me mueves los recuerdos con tus relatos. Escucho la voz de mi padre:
    “Hay que que hacer el movimiento de cal en la Belgrano, sino, no hay asfalto para el carnaval”, que debió ser el último que se iba de VIALCO … Pero no lo fue, por esas cosas del destino se quedó en Apóstoles. Y allí está descansando en paz junto a mi madre. El cine Rex, la única salida en familia de los sábados. Lupin, el Negrito Scoto, siempre los escuché nombrar, jamás los conocí. Ese pueblo rojo que para mí iba a ser lejano y desconocido, formó parte de mi vida. Y volví todos los años. Y la mayoría de mi familia directa quedó allí. Y aún hoy armo mis días pensando en que tengo que viajar, al menos una vez al año. Gracias Claudio por estos relatos que me ayudan a seguir viviendo los hermosos recuerdos de mis jóvenes 16 años hasta los jóvenes años que tengo ahora. 🤗

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