¿ADÓNDE VAS ABUELA?
El ser humano vive la vida de muchas maneras, sus características son tan diversas, que si quisiéramos enumerarlas no podríamos hacerlo. Los estudiosos los dividen, por su condición social, por su franja etaria, su lugar de residencia etc.
Las personas de las zonas rurales, por lo general poseen mayores carencias, y luchan diariamente con las dificultades por su supervivencia. En modo alguno sostenemos que sean menos felices, porque este estado de gracia nada tiene que ver con un título universitario o el bienestar económico.
En la canción “La oma”, se refleja esa síntesis cuando dice:
– ¡Ella es feliz con poco, ella es feliz con nada!
Nuestra provincia es en cierta medida el retrato de lo que decimos. Estaba todo por hacerse, solo nos acompañaba el paisaje. Bello en su totalidad, el monte verde y ese inconfundible suelo de rastro colorado.
Desde la pampa húmeda nos miraban con cierto desdén, éramos brutos, muchas veces por el trabajo los chicos no asistían a la escuela; todo quedaba lejos.
Los inmigrantes europeos, que vinieron de la guerra, o de la post-guerra, no escatimaron esfuerzos para progresar, acompañados por los nativos del suelo, hicieron que esos lugares agrestes se constituyeran en pequeños poblados, pueblos y ciudades.
Los tiempos han cambiado y mucha gente ha decidido últimamente trasladarse desde sus lugares de confort, al calor de la tierra colorada para disfrutar de la naturaleza.
Las tareas agrícolas de los yerbales, de la forestación, se siguen realizando, hombres y mujeres con mayor acceso a los bienes de consumo continúan viviendo en las zonas rurales, porque ese es su trabajo y medio de subsistencia.
La foto de la portada nos permite apreciar ese grado de dificultad, a que nos referíamos al comienzo.
La pregunta es inevitable:
¿ADÓNDE VAS ABUELA?
Podríamos suponer que se dirige al almacén para comprar las provistas, una lluvia de verano, nunca le hizo mella, sigue estoicamente enfrentando las inclemencias del tiempo.
Quizás se dirija hasta la casa de una familia amiga, que también vive en la colonia, para charlar un poco de la vida, los hijos que viven en el pueblo; junto al fogón que calienta el agua en la pava tiznada por tanto fuego. Las tortas fritas o el reviro forman parte de la hospitalidad de quién recibe la visita.
La abuela parece cansada, ahora camina lento, la acompañan su hija y su nieta, quién le sostiene la mano derecha.
¿Estará enferma la abuela?
Pudo el trabajo rudo hacer mella en su cuerpo, pese a todo, no pierde su lozanía, está bien vestida con larga cabellera recogida en trenzas.
Si está enferma podría pedirles a sus hijos que realicen las compras, y que avisen, a sus vecinos que pronto vendrá a visitarlos, cuando este repuesta.
En esto último, la salida en el aguacero de verano tendría como destino final una consulta médica en la Sala o en el Hospital más cercano; o como es de estilo también en el campo, ir a la curandera para que la venza, y les recomiende los remedios caseros para salir del mal paso.
La abuela aún es joven, lo atestigua su cabello renegrido, y seguramente si esta enferma, sabe que va seguir adelante, es solo un momento de fragilidad.
Quizás estas hipótesis que atraviesan nuestra mente no tengan nada que ver con la foto de la abuela con su hija y nieta.
A lo mejor, de niña le gustaba jugar en el barro los días de lluvia, ensuciar la ropa, mojar su rostro, aunque a su regreso, la esperara la madre con la rama de escobadura o la chancleta. No le importaba, sabía que tenía que lavar la ropa.
En ese aire de picardía, le pidió a su gente que la acompañe en el aguacero porque los recuerdos gratos no se olvidan nunca.
Si así abuela, festejamos con usted, que sea feliz con poco, aunque en realidad es mucho.
Ramón Claudio Chávez.
www.ideasdelnorte.com.ar
6 respuestas
Esa toma, una pintura, al igual que éste relato. Muy sencillo en su estructura, la sencillez de las auténticas cosas que transcurren en la vida del campo.
La sabiduría que se logra aquilatar con los años, se traduce en serenidad y resignación. Una perspectiva que permite discernir y seleccionar lo que es realmente importante en la vida: poco, sencillo y básico.
La vida del campo! Tantas veces comentada y tan poco valorada! Cuan descuidado tienen nuestros gobernantes a esta gente que pone de pie al país porque así es por poco que hagan ponen en marcha el motor. Todo sale de la bendita tierra pero quienes nos gobiernan desde la comodidad de una oficina parecen no darse cuenta. Gracias Claudio por nombrar a la gente de campo.
La abuela, mi abuela… pañuelo en la cabeza, llevar con destreza el carrito tirado por dos caballos y a visitar a una hermana o ir a misa…
Excelente pintura, como dice Abel, de una realidad en las chacras de Apóstoles ( y seguro en todo la Misiones suburbana).
Aplausos, Claudio!
Cuánto recuerdo de aquellos tiempos…me recuerda acompañar a mi abuelita al pueblo…o a la casa de la flia amiga ..a unos kilómetro de nuestra casa …yo era la compañía de mi abuelita…y dónde iba yo detrás …y a veces se prolongaba las charlas y volvíamos anocheciendo y mi abuelita abrazaba caminando rapidito..
Cómo protegiéndome…que épocas …hoy no lo haces caminar a tu nieto ni para comprar pan ..ja ja ja ja..los tiempos cambian ..pero en nuestro corazón queda el cariño de nuestras abuelita..
Gracias por recordarme…vaya felicidad que tenía cuando mi abuelita me decía anda a bañarte que vamos a ir a lo de la Comadre Juana…
Que recuerdos…la pucha 😢