TABLAO DE FLAMENCO.
En el año 2018, Nubia Berrío abandonó su Cali natal para probar suerte en España. Tuvo altibajos en los trabajos que consiguió, pero logro adaptarse a Madrid haciendo de moza en un hotel céntrico.
Con veintiocho años cumplidos los días de descanso se juntaba con amigos latinoamericanos; y como suele ocurrir con los inmigrantes, inició una relación con un chico mejicano de su misma edad. Extraña Colombia, pero entiende que una estabilidad laboral siempre va inclinar la balanza como para programar, si decide quedarse o regresar.
Mantiene comunicación con su familia e invito a su hermano menor. Erwin, que la visite y conozca la patria española. Su hermano vino a verla y permaneció quince días en la capital. Ella lo acompañaba en los francos del trabajo, y él recorría la ciudad en los momentos restantes.
Nubia le recomendó una excursión de Madrid al atardecer, que concluía con un espectáculo flamenco en un local comercial, lo que este gustoso acepto.
Lo citaron a las dieciocho horas en la Plaza Isabel II, frente al Teatro Ópera, para las tres horas de recorrido y luego la cena con el espectáculo de flamenco.
Arribo puntual y no apreciaba la presencia de algún ómnibus para el recorrido, solo taxis; finalmente ubicó a un joven con una credencial quien le informo que él sería el guía, pero la excursión era a caminando. No era lo acordado, pero acepto acompañar a Javier, ese era el nombre del guía, y las restantes quince personas que integraban el contingente, entre ellos una familia de americanos.
La excursión se realizo por la Madrid antigua, y entrada la noche, cruzaron por el Palacio Real, La Catedral, las ruinas de la época de los moros, la Cruz de Quevedo, la Plaza Mayor, la Plaza Santa Ana donde en su tiempo vivián los grandes escritores y artistas de la ciudad, como Miguel de Cervantes, Velázquez, Quevedo y mucho más; que se enredaban en fiestas interminables llenas de lujuria.
Hablaron con el guía de la familia real, las críticas al príncipe Juan Carlos, la aparición de Podemos y la colocación de vidrios en el Puente de Segovia, luego de que varias personas se arrojaban al vacío para quitarse la vida.
Pese a la baja temperatura, el tour fue agradable, la ciudad antigua muy bella, y la conservación de los espacios públicos también. Cuando Javier le explicaba en inglés a los americanos, estos asentían con sus cabezas, aunque no puede afirmarse si era con aprobación o desconocimiento.
A las nueve de la noche el guía los acercó hasta el lugar del espectáculo y sostuvo, hasta aquí los acompaño, para los que no conocen como regresar les digo que estamos cerca del lugar de partida, para volver pueden hacerlo en taxi o en Uber que está autorizado en España.
El hermano de Nubia, dudó en ingresar al local del espectáculo, no estaba muy interesado en la música española y poseía poca información sobre la misma. Siendo además joven, dos años menos que su hermana; estaba más interesado en una discoteca.
En su interior pensaba que el show sería similar, al que existe en casi todas ciudades importantes, donde una señora mayor le habla al público en varios idiomas, pregunta de qué nacionalidad son los visitantes; y luego en el espectáculo los artistas invitan a los turistas a subir al escenario para que bailen; que hagan el ridículo, mientras todos aplauden.
Berrío no sabía que el genero musical español conocido con “flamenco” se había desarrollado en la zona de Andalucía y Cadiz, que sus facetas eran “el cante”, “el toque” y “el baile”. Que a pesar que la Real Academia Española la ubica en la cultura popular andaluza y la notable presencia del pueblo gitano, otros sostienen que es una fusión de distintas culturas que coincidieron cuando el baile se hizo popular.
Opto por quedarse como lo hicieron los demás integrantes de la excursión, y lo que parecía un espectáculo sencillo de siete personas sobre “el tablao”; tres mujeres y cuatro hombres, fue un derroche de placer entre la música y el baile.
Una guitarra española, dos cantaores, uno llamado “Juañares”, curtido por la edad y su vos ronca, el otro con la voz potente como un tenor, inundaron la sala, mientras las bailaoras y el bailaor con sensualidad y estilo golpeaban los tacos de sus zapatos y contorneaban sus cuerpos al son de la música del cante.
Una de ellas, Inmaculada, se levantó de su silla y desplegaba su gracia en el escenario, las demás la alentaban con frases como:
– ¡Que te pasa mujer!
– ¡Ande muévete!
– ¡Tú sabes lo que es el flamenco, Olé!
Los dos cantaores se pusieron frente a frente dejando espacio para que la artista improvise pasos antes las frases del cante lleno de calor, sin ser grosero, y esta mueva su cintura, sus brazos en el aire expresando cosas imaginarias que los presentes disfrutaban.
A cada cuadro se escuchaba en la sala un aplauso cerrado y el infaltable “bravo”, que era agradecido por todo el grupo.
El show duró una hora y media, casi sin cortes, los artistas no invitaron a nadie para subir al escenario. Explicaron que el grupo se llamaba “Las Carboneras “y para las presentaciones intercambiaban opinión entre todos, que mucho de lo que se hacia se improvisaba, y la coreografía se cambiaba casi todas las semanas.
El colombiano los observo como gente de arte que ama lo que hace, sin divismo, con mucho profesionalismo.
La medianoche de Madrid lo esperaba en la puerta, la temperatura había descendido, estaba feliz por lo vivido, se le pasó la idea de la discoteca. Atajo un Taxi y se fue a lo de Nubia, para compartir la experiencia.
Ramón Claudio Chávez.
www.ideasdelnorte.com.ar
3 respuestas
Claudio, Claudio! Se me escapó un lagrimon; me hiciste acordar a mi abuela con si viejo tocadiscos improvisando pasos durante la fiestas mientras la parentela acompaña con las palmas al grito de ¡Olé! ¡Olé! Sebastiana.
😔
Que buen relato. Esas actuaciones en pequeños teatros a lo largo del tiempo. Ahora están reapareciendo. Recordando a grandes cantaores/as. Baile y zapateo con canciones alargadas. A veces casi no se entienden. Tienen un pedazo de historias de vida en esas letras. Lo describiste con palabras simples a través de la vivencia de un turista.
Me encantó!
Una fresca historia, magistralmente relatada. Disfrute’ con su lectura. Gracias, doc, por tus entregas.