OPERACIÓN ESPERANZA.

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OPERACIÓN ESPERANZA.
El primero de mayo del corriente año, un avión Cesna C 206 comenzó la travesía aérea desde Aracuara hacia San José del Guavaire, en la Amazonia colombiana. Con siete personas a bordo, incluído el piloto.
Doscientos seis minutos antes que el avión desapareciera de los radares, el piloto informó sobre problemas en un motor de la aeronave. Ésta fué declarada en emergencia con la certeza de un accidente fatal en esa zona selvática, de muy difícil acceso, con muy pocas carreteras y de difícil llegada por los ríos.
Los servicios de emergencia comenzaron las tareas para tratar de localizar la aeronave y sus tripulantes con muy poco éxito. A mediados de mayo efectivos del ejército llegaron al lugar del siniestro, y encontraron sin vida a los tres adultos. Los niños habían desaparecido.
En el avión venían, el piloto, otra persona de sexo masculino, Magdalena Mucutuy Valencia, y sus hijos Lesly de 13 años, Soleiny de 9, Tien de 4 y Cristin de 11 meses; todos pertenecientes al Grupo Indígena Huitoto.
Rápidamente la noticia se expandió en Colombia y el mundo. El gobierno dispuso la búsqueda de los niños con integrantes especializados del ejército, comunidades indígenas, y perros adiestrados en la búsqueda de personas extraviadas. En el operativo adverso por las condiciones climáticas, 14 indígenas abandonaron la misión por problemas de salud. Ante la desazón que iba en aumento porque los chicos no eran encontrados, temiéndose lo peor, tanto el ejército como los integrantes de los pueblos originarios, seguían rastrillando la selva en el departamento de Caquetá. José Rubio, un “brujo”, sostenía que estaba librando una batalla espiritual contra la misma naturaleza.
Otros decían que los niños estaban vivos, que los mismos duendes de la selva los ocultaban. Mientras los rescatistas reproducían por megáfonos la voz su abuela “Fatima” tanto en la lengua indígena como en español:
– ¡“Tienen que estar quietos”!
A medida que los días pasaban, fueron encontrando elementos que podrían pertenecer a los niños, el operativo esperanza seguía latente, hasta que el 9 de junio lograron encontrarlos con señales de deshidratación y picaduras de insectos; fueron trasladados en helicóptero para recibir atención médica.
Pasaron 40 días después del siniestro, Cristin ya tenía un año cuando fué hallado; todos hablaron de MILAGRO.
“Estaban solos. Ellos mismos lograron un ejemplo de sobrevivencia total que quedará en la historia”, afirmó el presidente colombiano Gustavo Petro.
Mucho se escribirá sobre el final feliz de ésta atrapante historia, Wilson el perro rescatista que fué el primero en llegar al lugar, no regresó. Se habrá perdido, fue atacado por un animal de la selva, no lo sabemos. La industria del cine tiene el boceto para una película.
Aparecieron interrogantes después de la tragedia y del milagro de los niños indígenas recuperados, la curiosidad de la historia y su complejidad se relacionaron para que muchos se hicieran preguntas.
El padre de los niños menores Tien y Cristen, denunció en Bogotá: “Que lo estaban buscando para matarlo, tengo dificultades con el frente Carolina Rodríguez, porque conozco muy bien la zona y soy un objetivo”.
Magdalena Mucutuy Valencia, la madre de los chicos, era una activa referente social, enfrentada con su familia y otros grupos armados. Un periodista deslizó como al pasar, quizás los niños estaban en el listado de los pasajeros, pero no subieron a la aeronave por recomendación de su madre, con conocimiento de los riesgos que los aquejaban; ó en la hipótesis de integrar el pasaje, porque la madre, que sobrevivió cuatro días después del accidente según los dichos de Lesly, les pidió que se fueran del lugar, cuando iban a ser encontrados más fácilmente en las inmediaciones; ó fue una decisión de ellos marcharse ante la muerte de su madre.
Un periodista de BBC Mundo escribió:
– “¡A medida que he investigado esta historia he descubierto que hay mucho que probablemente nunca vamos a saber!”
– “¡Estos cuatro niños y su madre estaban huyendo en ese avión! .No sabemos exactamente de qué, si de la violencia familiar o política, ¡pero emprendieron un viaje para fugarse del mundo a que pertenecen!”-
Quedémonos con el valor de los rescatistas y de” Wilson” que no regresó; estos niños habituados a la pobreza, qué con sus saberes ancestrales de ésa relación con la naturaleza, comiendo yuca y semillas de trigo, guareciéndose en los troncos de los árboles, le ganaron a la muerte con valor. Los cuatro solos, con un bebé de 1 año .Y durante 40 días…
“¡UN VERDADERO MILAGRO”!
Ramón Claudio Chávez.
www.ideasdelnorte,com.ar
Será otra serie más de Netflix? Seguro que si… En fin estos niños que como vos decís están acostumbrados a la pobreza estaban en su hábitat, si había alguien capaz de sobrevivir eran ellos un mérito aparte es haber mantenido viva a la criatura.
La verdad claudio , no sabía muchas cosas de ese milagro, gracias por compartir la información y el porqué del milagro quedara en las creencias y fe de cada uno , claramente el destino tenía y tiene algo preparado para esos chicos.
Increíble historia, gracias Claudio por darle más detalles a una saga Increíble.
Si esto hubiera ocurrido aquí, seguramente ya estaríamos mencionando al “Pomberito”.
Una atrapante y misteriosa historia . Pensar que ésos ninos estuvieron solitos por 40 días en una selva casi impenetrable .Toda una odisea atrapante si se quiere .Como siempre nos sorprendes . Abrazos y éxitos.