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ESOS CLUBES DE BARRIO.
Los clubes de barrio, los clubes sociales, los clubes sociales y deportivos, han tenido en la sociedad de pueblos y ciudades una amplia repercusión en los acontecimientos importantes de la comunidad.
Se sostiene que los “clubes de barrio” son asociaciones independientes sin fines de lucro, cuentan con espacios de recreación, encuentros, enseñanza y a veces entrenamiento deportivo. De esta última faceta proviene la denominación de “Club Social y Deportivo”.
Los clubes de barrio no han nacido de un día para otro, no es solamente el predio, la construcción, un edificio, son parte integrante un proceso de muchos años de trabajo, basado entre otros factores de “ese espíritu de pertenencia”.
Estos clubes eran originariamente lugares de reunión, de un profesional, una empleada doméstica, un empresario, obreros de la construcción, o el diariero del barrio. Con el transcurso de los años y el avance de la tecnología han ido mutando las formas de asociación y encuentros personales, hasta desaparecer por completo en ocasiones.
Los grupos heterogéneos debían encontrar un punto en común. Los clubes poseían un rol social evidente, que se transmitía “hacia afuera” para vincularlos con la comunidad donde están radicados.
Algunos investigadores sostienen que los inmigrantes fueron los “primeros fundadores” de los clubes de barrio; basándose en la necesidad de mantener sus costumbres, relacionarse con personas de su misma condición, y también para establecer nuevos vínculos en la tierra que los acogió.
Una vez establecidos, estas instituciones eran el lugar obligado de reunión de la familia que se juntaba para celebrar encuentros sociales, o simples charlas de amigos de la vida misma. Los hombres permanecían en el club hasta altas horas de la noche pasando el tiempo en juegos de naipes o dados sin ánimo especulativo, con ese simple placer de la confraternidad bien entendida.
Podríamos decir que las ciudades con mayor población tenían clubes más grandes, pero en poco diferían en cuanto a los motivos y objetivos que el club proyectaba. Un fin social que los acercaba a los principios que generaron la creación de estos espacios.
Una fiesta, un baile de carnaval, un casamiento, la actuación de un grupo musical, invitaba a los socios a participar con entusiasmo: La jovencita de quince conocía a su primer amor en el club, de esas relaciones podrían formarse nuevas familias o no; eran las costumbres de aquellos tiempos donde la tecnología no había ejercido aún los cambios que se advierten en la actualidad.
Exprofeso evitamos referirnos a un club en particular, con mayor o menor conocimiento público; el lector seguramente se acordará de aquél donde pasaba gran parte de sus ratos de ocio, con el vecino de la cuadra o el que vivía en la otra punta del pueblo. En las ciudades ocurría exactamente lo mismo.
Con el tiempo las asociaciones tuvieron que adaptarse a las nuevas reglas de organización, “lo que se arreglaba de palabra” necesitó de los trámites burocráticos que la sociedad y organismos del estado comenzaron a exigir. Se debió elaborar un Estatuto. Constituir una Comisión Directiva, un Padrón de Socios; y aunque morigerado, llevar un ejercicio contable.
Los nostálgicos no escatimaban oportunidad para recalcar a viva voz:
– ¡” Hace veinte años que vengo al club, algunos de ustedes todavía no habían nacido, ¡y los problemas que surgían los arreglábamos entre nosotros”! –
Apareció también la política en los clubes de barrio, los socios destacados ingresaron en ella como figuras representativas o “punteros barriales”, obteniendo beneficios del Estado para las asociaciones. De a poco, por las mismas exigencias societarias, el denominado “sentido de pertenencia” tuvo otra mirada.
El crecimiento poblacional generó otro cambio en las estructuras sociales, modificando la vida de los clubes hacia las necesidades de prácticas deportivas de los socios.
El club social debió convertirse en social y deportivo; se necesitaron nuevas instalaciones, canchas de fútbol, de básquet, de vóley y una organización para acompañar la representación del club en las competencias federadas.
El “buffet” o “cantina” fue concesionado, en ocasiones por terceros, el socio ya no cortaba el hielo, ni acomodaba las mesas para las reuniones; los gastos subieron exponencialmente y lo que se arreglaba de palabra ahora debía cumplirse pagando inexorablemte los costos.
Hace ya casi veinte años, se estrenaba el film “Luna de Avellaneda”, con la actuación de Ricardo Darín, Mercedes Morán y Daniel Fanego, en el que se expone con crudeza el momento previo de la muerte de un club de barrio.
Lo que fue una deuda acumulada termino en la venta de las instalaciones para que se instale un supermercado mayorista, con el beneficio no comprobado de doscientos puestos de trabajo.
Leemos en los periódicos que, con motivo de la suspensión de los shows de Taylor Swift, una quinceañera de Salta, le solicita a su padre que le abone dos días más en el hotel que se aloja y reprograme su viaje de regreso.
Quizás la joven independiente que vino a los recitales sea distinta a la chica de quince años que conoció a su primer amor en el club de barrio; o tal vez, sea igual, porque todo cambia, pero EL AMOR NO.
Ramón Claudio Chávez.
www.ideasdelnorte.com.ar
9 respuestas
Los clubs de barrio! Otra de las cosas que nos dejamos robar por la tecnología! Una verdadera pena.
Tantos recuerdos de mi querido club “Jorge Gibson Brown” del barrio de mi infancia, Villa Urquiza de Posadas.
Incluso, mí viejo integró “la primera” del club.
Muy lindo relato, ajustado a la realidad. Acá, estamos reactivando el Club Central Guadalupe. También un súper quiere quedarse con el predio. Pero le ofrecemos resistencia. Hijos y nietos de sus fundadores, mi padre entre ellos, le ponemos ganas. El sábado hicimos una feria. Además de locro, empanadas, bochas, gimnasia, deportes, lo que sea. En fin….tu relato tiene que llegar a mucha gente. La ayuda que brindan a la sociedad los clubes de barrio no debe perderse.
Social y culturalmente son indispensables.
Me tomo el atrevimiento de reenviarlo al grupo del Club, para que lo lean más personas, sobre todo unos jóvenes que se están uniendo a las actividades.
Desde ya Gracias! Abrazo.
Excelente su descripcion entre lo que eran los club de antaño – solo una suma de voluntades- y lo que son hoy. Actualmente estas asociaciones tienen un marco jurídico que las regula, lo que significa que para tener entidad debe adherirse a su normativa. Esto significa exhibir una comisión directiva, que no solo se encargará de las relaciones institucionales y administrativas, sino también de la logística que determina la razón de ser del club. A menudo, estás comisiones directivas son objetos de reclamos y reproches -que nunca faltan-de la masa societaria, pero lo cierto es que a las invitaciones a las asambleas casi nadie asiste. Hay localidades en que no hay mucha cultura del club, quizás por una cuestión de idiosincrasia, pero en algunos pueblos casi toda la vida social y deportiva pasa por el club, entonces su función social es indiscutible.
En Apóstoles el Club Social murió de nostalgia y otra entidad recupera el recuerdo como “Social Club”. Sólo el recuerdo de otras épocas de oro en donde florecieron 👇 asociaciones. Hoy, los clubes que aún siguen, dependen de los subsidios de los gobiernos de turno, es decir, de la política.
Creo quenep club de Barrio cumplía una función tan importante q recién hoy nos damos cuenta justamente en lo deportivo , saliendo de los mismos grandes deportistas , pero en lo social , una segunda casa , conteniendo y enseñando , y en el amor y la familia , como lo describía Claudio, el lugar perfecto de encuentros y romanticismo, en mi caso recuerdo los carnavales , entre otras fiestas, del club social en posadas calle San lorenzo y san martín, aun recuerdo el Sr pelado grandote que no te dejaba entrar , ja ja igual entrábamos, gracias por traerme tan lindo recuerdos.
Tuve la suerte de conocer varios Clubes, entre ellos el “Club social Apóstoles” ,dónde ,tal como dicen ustedes compartimos muchos momentos inolvidables con nuestros amigos,incluso grandes bailes y carnavales que nos queda en el recuerdo.Pero también como dicen ustedes , los políticos metieron la mano (ustedes saben a quien me refiero) y hoy lastimosamente ya no está el “Club Social Apóstoles” . Ramón Claudio,tu nota me llenó de recuerdos hermosos.Gracias .
Los Clubes, tienen en Argentina una esencia propia, con eso tan tipico que no se ven en otros Paises.En Andalgala, CATAMARCA el Club Tiro Federal y Gimnasia, tenia en los años 30 y hasta el Año 1976, Poligono de Tiro con Fusil, Rifles, escopetas, pistolas etc, complejo de Piletas de natacion, canchas de Tenis, Basket, Futbol, cantina, Bar-Restaurant, Quinchos etc.Mas de 1500 socios y Festival Folclorico de tres noches.Hoy…la realidad muestra ul flaco lado, la corrupcion Politica hizo estragos y esta desnaturalizada su Genesis. Los Clubes Sociales ,estan atavesando en gran porcentaje el Sindrome de Bournot, ( Quemados de inoperancias, falta de moral y etica, jaqueados por la Delincuencia Rapiñera etc).Casi….que prefiero abrevar de mis recuerdos y conformarme con eso.Buen tema Claudio, lindo relato con un Panorama actualizado.Abrazos.Jorge Mario Ovejero.
Recuerdo el club del Barrio San Martin de Apóstoles,dónde había carnavales y otros eventos sociales