UN SIGLO DE HISTORIAS.

HÉCTOR JUAN BONETTO Y SU NIETA VIVIANA.

UN SIGLO DE HISTORIAS.

La historia del mundo y de los seres humanos tienen una estrecha relación. El hombre ha producido los grandes cambios en la humanidad, el disfrute y goce de los mismos se relaciona con las vidas de las personas ineludiblemente.
La expectativa de vida con el transcurso del tiempo, se fue modificando con los adelantos tecnológicos, avances en la medicina y proyectos de vida calculados a largo plazo.

Cuando una persona fallecía, el informe médico sostenía que: “el deceso se produjo por un paro cardiorrespiratorio”.
Como que se apagó la música por un único motivo. Esto fue cambiando.

El promedio de supervivencia alcanzaba los setenta y cuatro (74) años en el año 2000 en la Argentina. Llegando en el año 2023 a setenta y ocho años (78) y en ciertos casos, esta expectativa trepa a los ochenta (80).

Estos datos brindados por los organismos de estadísticas del país fueron aceptados por la jurisprudencia de los tribunales, otorgándole validez a dichas estimaciones.

La mayor expectativa de vida deja en claro el acceso fácil que hay a la información y a los avances en la medicina que le permiten detectar en tiempos tempranos enfermedades que pueden ser tratadas convenientemente, generando una prolongación en la vida de las personas.

Desde el punto de vista biológico, el envejecimiento es el resultado de una acumulación de factores que generan daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, llevando a una disminución de la capacidad física y mental, propenso a un mayor riesgo de enfermedades.

Es común encontrarse con personas mayores de ochenta años, y expresarle:

– ¡Que bien que estás! –

– ¡Vos sos muy sano/a! –

– ¡No tenés problemas genéticos! –
Las causas de longevidad, no son solamente estas cuestiones, debemos agregarle necesariamente “calidad de vida” de las personas.

La última estadística del Renaper(Registro Nacional de las Personas)especificó que hay 15.500 personas mayores de 100 años en el país, para el año 2040 esa cifra alcanzaría los 40.000.

Este fin de semana nos encontramos con la infausta noticia que Ramón Ayala, “El Mensú”, se fue de este mundo a los 96 años. Una dilatada y enorme trayectoria del referente cultural quizás más importante de la provincia.

Hablando de cien años, queremos destacar que hace casi un siglo nacía en Leones, Provincia de Córdoba, Héctor Juan Bonetto, hijo de Juan Carlos y Emma. Siendo muy joven se instaló en la provincia, donde actualmente vive.

Una persona intachable, llena de principios éticos en su dilatada vida. Pleno de anécdotas de la década del 40, del 50, que él recuerda con exquisita memoria.

Se casó con Juana Simblina Róttoli, con quién tuvo cuatro hijos, Marta Noemí, Juan Carlos, Alicia Nora y Eduardo José, después vinieron una infinidad de nietos y bisnietos.

Don Héctor fue “piloto de avión”, posee muchas “horas de vuelo” en los Piper J-3, hoy son un recuerdo respaldados por muchísimas historias.
Tuvo tiempo para estar en la Liga Posadeña de Fútbol, donde presidió durante 42 años el Tribunal de Penas. Administrando justicia, haciendo caso omiso a “los aprietes” de jugadores y dirigentes. Siempre era reelecto en el cargo, hasta que él decidió que su extensa trayectoria en esa función estaba cumplida.

Con el “Chango” Cesar Napoleón Ayrault lo unía una relación de amistad precedente a que este fuera electo Gobernador de la Provincia. El Chango le invitaba a sumarse a un cargo público en su gobierno; pero, Don Héctor en un excesivo gesto de humildad rechazaba diciendo que existían personas con mayor capacidad.

Muchos años trabajó en un Estudio Contable, tantos que cuando lo invitaban a retirarse él se hacía el distraído y continuaba. Había sobrepasado con exceso el límite de la edad jubilatoria y seguía viniendo. Sin que se lo exigiesen cumplía horario porque entendía que, si estaba allí, debía trabajar igual que los demás.

Así llegó a los noventa años de existencia, sus mismos hijos le dijeron que ya era suficiente y que llegaba el tiempo de disfrutar de la jubilación.
El hombre recordaba, pese a su edad, perfectamente a los clientes que había atendido. Solía decir:

– ¡Aquí vive una señora que es cliente mía del Estudio desde hace treinta años! -O:

– ¡Al padre de este empresario, yo le llevaba la contabilidad de su empresa! –

 Cuando falleció su esposa, decidió seguir viviendo en la casa de toda la vida, cerca del Club Racing, donde se lo puede encontrar sentado en los atardeceres, saludando a la gente de la ciudad diferente, como si fuese antes, aunque con menos conocidos que pasan rápido, y ya no disponen de tiempo para charlar un rato de los vecinos, de los parientes, de los conocidos. Héctor Juan no se resigna.

No abandonó su vida social, con cierta picardía, les preguntaba a los nietos:

– ¿Dónde vamos a cenar esta noche? -.
Obligándolo a una invitación. Y en los días siguientes usaba la misma estrategia con otro de ellos.

La historia de este vecino centenario de la ciudad de Posadas, tan llena de aciertos y virtudes, sería merecedora de una especial distinción a su honesta larga trayectoria. Aunque tal vez “él” sostenga que no merecerlo, por su misma hombría de bien.
#Chapeau para Héctor Juan Bonetto#.

Ramón Claudio Chávez.
www.ideasdelnorte.com.ar

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11 respuestas

  1. Si, sin lugar a dudas hay personas que pese a los acumulados – obviamente acompañados por buenas condiciones de salud- logran planificar su vida con actividades acordes a su momento biológico. A veces ocurre – como en el caso que usted presenta- esto va acompañado de una trayectoria tan impecable que resulta inspirador.

  2. Me sumo al elogio aunque sin conocerlo tanto a don Bonetto , en su hijo Eduardo , alias Chili , se reflejan muchas de esas virtudes y cualidades de hombre de bien , todo un ejemplo, que estas palabras y consideraciones ya son un Homenaje por ello felicito la iniciativa del narrador.

  3. Un relato cargado de vivencias de una persona que deja huellas, en cada cosa que hizo. Que bueno vivir en paz. El reconocimiento ya lo tiene, un escritor acaba de publicar su historia. Y le ha dado una impronta llena de afectos.
    Hermoso relato. Un homenaje a quien su salud y modo de vida le permiten andar por la ciudad con la tranquilidad de un Señor.

  4. Muchas gracias Claudio por tan bella semblanza … para mi, fue toda una sorpresa tu publicación, caso contrario, te hubiese contado otras actividades que realizó, varias anécdotas interesantes y divertidos momentos familiares y, por sobre todas las cosas, decirte que Papá es un “hombre bueno” sin reveses, portador de una bondad a prueba de todas las vicisitudes, desde que tengo uso de razón recuerdo que siempre fue un buen esposo y sigue siendo un buen padre, amigo, vecino, ciudadano.

  5. Gracias Doc por la hermosa reseña de una de mis personas favoritas del mundo, mi abuelo adorado. Es el verdadero “hombre de palabra”, ejemplo de vida, de bondad, de humildad y desprendimiento. El verdadero EJEMPLO a seguir, inspirador. Mi hijo lleva su nombre. Gracias por sus palabras. Saludos, Guión.-

  6. Siempre veo a este sr. También se donde vive… pero porq lo confundo con Juan Carlos? Me crié en 25 de mayo y Belgrano… de ahí estos datos…. Gracias!

  7. Gracias gracias doc, su médica de cabecera tiene la culpa dice él… jajaja, acá le estoy leyendo el artículo se ríe con picardía… estamos precisamente en la vereda hablando y saludando a los vecinos..

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