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MELBOURNE QUEDA LEJOS.
El gordo Caffaratti era secretario de un Juzgado Penal. En una charla de café comentó sorprendido a sus amigos que uno de sus hijos de 17 años lo sorprendió con una pregunta:
– ¿Viejo vos que curro tenés? –
– ¡Yo ninguno, yo laburo! –
Luego de tratarlo de bo…, le dijo que él se iría a Italia.
– ¡Macanudo, pero allá vas a tener que laburar, no vas a poder levantarte al mediodía! –
No sabemos si el hijo de Caffaratti finalmente se fue o no a Italia, en ese caso, si sigue pensando lo mismo que le trasmitió a su padre.
La anécdota refleja por otro lado el espíritu aventurero de los jóvenes, que no se atan a lugares, a prejuicios, o a cuestiones familiares.
La búsqueda de nuevos horizontes en países diferentes no es un tema nuevo y menos para los argentinos.
Está fuera de discusión que Suiza es el mejor país para trabajar, por calidad de vida, seguridad, confianza, riqueza y salud de sus habitantes, pero los argentinos prefieren España o los Estados Unidos.
¿Quiénes son los que sea van? Mayoritariamente los que encajan en el grupo de los “millennials”, esos que nacieron con la tecnología, internet y los medios digitales. Luego de superar los períodos de prueba tienen una mejor inserción laboral en base a sus conocimientos.
Los más jóvenes de la generación Z en la teoría argumentan lo mismo, pero parten de una disconformidad con la escasez de oportunidades que le ofrece el país luego de concluir los estudios universitarios.
Las personas nacidas en la post-guerra- también conocidos como generación X- piensan, pero no se van, anteponen lazos familiares, seguros de salud y casi una vida hecha.
Mártires, un argentino del conurbano, gestionó la “Visa de residencia para trabajo por cuenta ajena”. Me tomo el buque, España me espera, comentaba a quién se le cruzara.
– ¡Si los gallegos vinieron a hacerse la América, vamos a conquistar a la madre patria! –
Poco importa que tarea deberá realizar en Europa, es por un tiempo y se paga en “euros”, hay que ahorrar para regresar e invertir.
El mundo está lleno de argentinos, siempre se van a encontrar “lejos del pago”, contando sus experiencias, como se han relacionado, nuevas parejas, cambios de trabajos y también de vivienda.
En un bar de un hotel de Madrid es común encontrar a latinoamericanos haciendo de “meseros”; viviendo en departamentos pequeños, pero dentro de la “comunidad europea”.
Lagares como Australia, Canadá, Italia, Nueva Zelanda han aumentado el interés de los migrantes argentinos, seducidos por los mejores salarios, estabilidad económica y posibilidad de mejoras sin importar el sexo. Es común observar a mujeres trabajando en las fábricas, o en proyectos que tienen sustento en las nuevas tecnologías.
Ian Valentín, Jesús Catriel y Julián Camilo se conocen del secundario en el porteño barrio de Balvanera, mantuvieron la amistad en la Universidad y egresados partieron a Melbourne, Australia. Hicieron de todo un poco, trabajaron en restaurantes, manejaron camiones y están por comenzar tareas vinculadas a su profesión.
Julián Camilo se comunica con su familia en el grupo de whatsap: “Seis por media docena”, Ian Valentín se contacta con los amigos en: “Canguros de Balvanera” y Jesús lo hace desde: “Chitoro, la Tota y el Diego”.
Las peñas de amigos son el punto de encuentro, empanadas y vino no faltan, tampoco algo de cariño a la australiana.
Melbourne queda lejos, pero no tanto como Buenos Aires en la década del sesenta.
Ramón Claudio Chávez.
www.ideasdelnorte.com.ar
7 respuestas
Está cuestión de la emigración creo que cíclica, por oleadas, coincidiendo con alga crisis económica del país. Se da en el marco de grandes contingentes – particularmente de jovenes- que viajan de un continente a otro, algunos buscando nuevas experiencias y otros como ” los nuestros” buscando nuevas oportunidades. Hoy es más fácil, gracias a la red de vuelos intercontinentales y a las transferencias digitales de dinero.
Hermoso y verídico relato Claudio. Es tan real lo que contas que, casi todos, de alguna u otra manera tenemos parientes, amigos o conocidos viviendo en el exterior. Muchos de ellos hicieron sus vidas allá y regresan únicamente de visita por unos días, tal el caso de mis sobrinos políticos radicados en Suiza hacen ya 30 años..
Hoy no hay que ir tan lejos.
Brasil está ofreciendo mejores oportunidades a los jóvenes misioneros quienes allá están percibiendo remuneraciones de hasta un millón de pesos, según su rendimiento, con vivienda incluida.
Elegí quedarme y no me arrepiento. Es un país complicado, pero lo elijo siempre a pesar de…que todo cueste x mil…. Admiro a quienes tuvieron la valentía de irse y vivir distinto.
Un trazo de nuestra realidad: jóvenes buscando caminos distintos porque nuestra querida Patria no despega, y no es nuevo.
Todo un tema el que hoy nos traes Ramón Claudio de , siempre tuve mis sueños y esperanzas de pasar el charco como decíamos antes, pero siempre decide y aposté por mi país ,a lo mejor equivocadamente o no , cómo hoy creo que hay una luz al final del túnel.
Un relato que habla de todos los tiempos. Siempre los jóvenes tratan de irse del país. A veces por razones económicas, otras sentimentales, otras solo por alejarse de un entorno. Pero siempre existen los sueños de lugares lejanos, cuánto más lejos mejor. Otros horizontes son la mirada de muchos, parientes míos vinieron en épocas muy difíciles en Europa, post guerra, guerras civiles, crisis, en fin… otro lugar les promete algo distinto. Siempre con la idea de volver, pero ninguno de ellos volvió….
Cómo siempre, tus relatos generan una lluvia de ideas que nos hacen reflexionar. Muy bueno!