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NO TE QUEDES AFUERA.
No decimos nada original si afirmamos que “las redes sociales” han modificado totalmente nuestro estilo de vida. Podemos hacernos los desentendidos en parte, pero de un modo u otro, tenemos que aceptar que es una “revolución” que nos ha pasado por encima.
La mayor dificultad para adaptarse a los cambios la padecen los “adultos mayores”, que entre “la nostalgia” y “la impericia” dicen preferir las viejas costumbres, los viejos hábitos, el libro en papel, etc.
Los cambios de paradigmas han tenido su soporte por lo general en el confort. Hace ya muchos años algunas empresas de transporte de pasajeros incorporaron el denominado servicio “puerta a puerta”. Buscaban al pasajero en su domicilio y allí lo dejaban en el regreso del viaje. La gente lo utilizó en gran medida.
En 1976, en una viñeta del diario Clarín, un vendedor de “choripanes” recomendaba “sacar tickets” con anticipación para utilizarlo en el Mundial de fútbol de 1978. El chiste con un dejo de ironía invitaba a “organizarse” para un evento que se iba a desarrollar dos (2) años después.
El servicio de “delivery” tan popular actualmente entre nosotros, era ya utilizado por los americanos hace muchos años, tal como lo apreciábamos en los “films”.
Los cambios en la era digital se integran al usuario de un modo diferente a ese acostumbramiento que brindaba un nuevo servicio. El temor a perder experiencias únicas nos lleva a reservar con mucha anticipación un evento masivo.
Los recitales de los artistas internacionales se venden hasta con dos (2) años de anticipación. El adquirente no sabe si podrá concurrir o no, lo compra para no quedarse sin el “ticket”.
El espectador común suele reflexionar, en no saber qué va a hacer mañana, ¿cómo puede saber qué hará el 20 de octubre de 2026? Conseguir entradas es como una guerra.
Los últimos recitales de Paul McCartney en Argentina se vendieron entradas con cinco (5) meses de anticipación. El éxito asegurado del último “Beatle” en actividad, predecía el rápido agotamiento de ellas, pese a que el público era de distintas edades.
Muchos europeos compraron entradas en el año 2021 para ver los conciertos de Justin Bieber en 2023, con dos (2) años de anticipación. De hecho, los recitales se suspendieron y se les devolvió el valor de las mismas.
Esta “dinámica de prevención”es comprar entradas sin saber si va poder asistir o incluso si tendrá ganas, solo para no quedarse sin ellas. La Universidad de Barcelona, estudió estos fenómenos, explicando que un concierto puede tener más valor “si es capaz de generar una barrera simbólica a su alrededor” y separar a los que estuvieron con los que no. Con el auxilio de Instagram o TikTok. Las redes crean el miedo llamado “FOMO” (fear of missing out), (miedo a perderse algo), cuando las entradas estén agotadas.
Algunos dicen que lo que realmente se nos vende no son productos o servicios de ocio, nos venden emociones-mercancía que podemos asociar a un evento. Esta hiperplanificación, que promueve el cambio, la fluidez y la improvisación, nos lleva a una paradoja, una “planificación desplanificada”.
Estar permanentemente conectados a las redes nos hace desear lo que vemos y rechazar lo que vivimos en el momento. Los jóvenes son los que están más conectados, pero los adultos, no son ajenos a la hiperconectividad y menos a las lógicas del consumo.
Con una mirada realista nos peguntamos:
– “¿Cuál es el deseo del espectador de no perderse el espectáculo en vivo?”.
Muchos fanáticos del fútbol suelen destacar que no existe nada mejor que estar en el lugar de los hechos, pese a que la distancia del acontecimiento del juego no le permita ver si el delantero estaba o no en orsay. “Los trapos” de la hinchada, “los cánticos”, “las reacciones de los protagonistas”, se ven mejor en el estadio que en la tele.
La distancia geográfica del recital, evento deportivo, o show, ha dejado de ser un impedimento para el público y su presencia en el escenario, el estadio o espacio multitudinario donde se desarrolle.
Hay mucho por delante, tal vez en algunos años, para concurrir al espectáculo de la Taylor Swift de moda, nos busque en nuestro domicilio un auto eléctrico conducido por un robot y nos regrese cuando el espectáculo finalice.
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6 respuestas
Los sociólogos dicen que actualmente vivimos en una sociedad liquida, los cambios de paradigmas son muy acelerados, ahora sobre todo gracias a los dispositivos electrónicos, no sorprende entonces que manipulen la ansiedad de miles de miles de personas que pagan hoy para disfrutar mañana
En pocos años vendrá un artista robot famoso a un estadio virtual, al ritmo que vamos. Lo que describe el autor, ya no es futurismo, y pasa a ser una preocupación, inclusive en los inventores de la IA. Seremos nosotros los nuevos demiurgos?
Muy bueno el relato. Nos lleva a reflexionar. Hay muchas cosas que mejoran con los tiempos actuales, otras no tanto. Por ejemplo el placer de leer un libro en papel al lado de un arroyo o laguna, sin importar si hay señal de Wifi.
La comodidad de sacar una entrada de un recital por internet, es genial. (De hecho saque entradas para ver a Poul Mccartney en Córdoba)…
El auto eléctrico no me gusta mucho. La energía es cara, tal vez el Li no es tan inocuo como dicen, y me cuesta cargar el celular….no quiero pensar lo que sería parar a cargar las baterías de un auto….
En fin, hay mucho para decir sobre este tema. Lo bueno que por ahora tiramos con lo de antes y lo de ahora. No quiero imaginar lo que va a pasar con la I.A.
De todas formas, tu relato está Genial!!!
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Me parece una locura comprar algo con tanta anticipación! No sabemos cuánto vamos a vivir! Y mientras el fulano en cuestión vive con nuestro dinero, es una completa locura creo que esa gente debería ir al sicólogo.
Yo no estaría ni afuera, ni adentro con el tema de la “tenología”… estaría en el medio.
La verdad que la tecnología nos supera día a día, pero digamos también que nos ayuda y nos simplifica mucho el camino . Estoy encantado y asombrado a la vez de de ver tanta tecnología que en mis años de moso ni soñaba.Peri así es la vida y no de otra manera.Como siempre encantado .