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LA CARRETERA.
Imaginamos una ruta, un camino largo, muchos kilómetros, vehículos que vienen y van, tantas historias llenas de colores variados, dulces, amargos, como un reflejo de la vida diaria.
Esos caminos no siempre tuvieron asfalto, carriles de autopistas; en mucho tiempo y lugares, caminos de tierra, de barro, de arena, difíciles de transitar.
Hemos escuchado historias, cuando la ruta a Buenos Aires era de ripio, o al Alto Paraná un camino rojo, intransitable los días de lluvia.
Nuestros camioneros viajaban igual, se jactaban de “tener muñeca” para ascender en la pendiente luego de “Puerto Piray” para no empantanarse en los bañados del “Cuay Grande”. Eran choferes, mecánicos, hombreadores y medio “curanderos” para mitigar las gripes en el camino.
Los viejos “Bedford 1114” cargados “al mango” recalentaban los motores en la ruta, obligaban a una parada en la Estación de servicio o al amparo de las hojas de un árbol frondoso. El chofer hablaba en soledad con el “mionca”.
Por entonces, no eran pocos los transportes que poseían en las cabinas espacios para unas horas de sueño; el chofer debía buscar una pensión para el reposo, el aseo y uso del baño. El viaje era una aventura, matizada con las necesidades del camino. Las radios que podían escuchar al trasponer pueblos y ciudades eran a veces, la única compañía.
Con las rutas mejoradas para ir a Buenos Aires, salían los domingos de madrugada para llegar a la capital al anochecer, dormir en el camión y descargar la mercadería en el puerto o en los depósitos de los comercios, el lunes lo más temprano posible. Tratar de “conseguir una carga” y pegar la vuelta. Eran los que traían las últimas novedades de Buenos Aires.
Ahora para ellos no queda lejos Purmamarca, Choele Choel, Luján de Cuyo, Puerto Madryn, etc. En los largos recorridos han sabido esquivar “cabritos “en Santiago del Estero o “gambetear al viento” en Comodoro Rivadavia, recorrer “la Ruta del Desierto” en La Pampa, con “cien años de soledad”.
Muchos camioneros han comentado que no siempre las horas de viaje son el problema, es más angustiante el tiempo de espera para cargar en el frío patagónico, el calor diurno y la noche fría en la precordillera o las heladas de la provincia de Buenos Aires.
El ingenio popular en las frases de los “paracoches” siempre es motivo de atención:
– “¡Dios es una joya, el resto es bijuterí!”.
– “¡Me casé con María, pero viajo con Mercedes!”.
– “¡Nunca me acosté con una mujer fea, pero me desperté con varias!”.
– “¡Todos ven mi progreso, nadie ve mi sacrificio!”. Etc.
La profesión ha sido un lugar casi excluyente de hombres; los “paradores” de la ruta, eran charlas de ellos, de cuentos, aparecidos e historias de mujeres. La presencia de mujeres al volante de los camiones y viajes en familia, han modificado bastante el escenario. Los camioneros suelen preparar las comidas o mateadas sin aquellos encuentros multitudinarios.
Las noches de viajes solitarios devorando kilómetros para llegar a destino, tienen en la música a una fiel compañera, esa misma que a veces los llena de nostalgia. Piensan en sus hijos, sus amores, que están lejos pero cerca de su corazón. El camino de regreso se hace más corto ante la ilusión del reencuentro.
Para otros, las noches en los paradores, las horas de sueño luego de una charla amena, ¿tienen el viaje sospechoso de una “viuda negra” rondando los camiones y por qué no los deseos? Allí se gana o se pierde. Como dice un camionero: “según el cristal con que se mire”.
No han faltado películas de las rutas, de los camiones, sus chóferes y sueños de amores distantes. También canciones de amor, con ruidos de motores en: “La carretera”, “Prince Royce”, “Julio Iglesias” o “Camionero” de “Roberto Carlos”.
La noche solitaria y la madrugada de estrellas brillantes son un amor que aumenta, kilómetros y kilómetros que pasan, pasan, mientras él sigue pensando en “ella…”
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7 respuestas
El autor describe un pantallazo somero pintando la aún hoy sacrificada vida de los “caballeros andantes” de la ruta, los camioneros de larga distancia.. Hoy por obra y gracia de los inimputables Moyano el camión es el único transporte masivo disponible en nuestro querido y sufrido país…
En la época de los Mercedes 1114, el tren competía de igual a igual en el transporte de larga distancia.. Hoy, un recuerdo que adoramos…y necesitamos.
Recuerdo que en mi mocedad, anhelaba ser camionero entre otras cosas. De hecho, aprendí a conducir vehículos de 4 ruedas con un viejo “Canadá” 4×4 allá por Aristóbulo del Valle en el año 72. Lástima que aquí no se puede subir fotos, así les mostraba como era ese camión.
La frase que más me gusta ver en los camiones, es la que dice: “Lo que tú me deseas a mí, que Dios te lo dé a ti”.
En dos oportunidades viajé de acompañante a Buenos Aires en camión.
Es una profesión que no es para cualquiera, hay que tener espíritu de camionero, significa, soledad, riesgo, vivir en contra mano de las fechas familiares. Hoy en día los camiones son unas verdaderas naves y sus choferes están siempre en linea incluso monitoreados. Sus compañeras de vida se acostumbran también a sus presencias intermitentes y cuando llega la jubilación a veces afloran problemas de convivencia nunca resueltos…
Se puso romantico al final el camionero… 😍
Que buena semblanza tan cual, mi padre fue toda su vida camionero de los muy de antes, viajaba con un Forf 56 simple, cargaba tabaco de Alem a Bs As, en los períodos de vacaciones tenía que acompañarlo de ayudante, cebarle mate y demás, toda una experiencia de vida, cuando los Cuai eran unos fofadales bravisimos y llegar a la balsa de brazo largo y hacer la cola (no existía el puente), si te tocaba mucha lluvia una ida podía durar 2 o 3 días y una gran lotería el rédito final de un viaje, así le guardo un gran respeto y cariño por todo lo que me inculcó de sus valores y principios, gracias Claudio por el recuerdo !
Disfruté de esos viajes en los viejos expreso singer, cuando no había puente en Zárate solo una balsa. El parabrisas con una malla para evitar el ripio en dónde aún. No haby asfalto.
Y algo que hasta ahora me sorprende… No había GPS … LA PT M como miércoles no se perdían!
Un relato con realidad y fantasía. Humanidad en toda su expresión. Hoy agremiados en un gremio fuerte. Desde mi punto de vista, gracias a Dios, porque si se hicieron fuertes es porque alguien con poder desarmó los ferrocarriles. Dejó sin trabajo a mucha gente…y alguien dijo: unamos esfuerzos y transportemos, pero con beneficios y derechos. Se activo la industria automotriz, la metal mecánica, se hicieron y mejoraron rutas…Y aunque mucha gente critica a los dirigentes de
camioneros, la pregunta es: quien tiene la culpa? El chancho o el que le da de comer? .. en fin todo tiene sus pro y sus contras
Aunque la vida del Camionero sigue siendo dura, ha mejorado. Los viejos Bedfort fueron reemplazados por Scanias y otros tantos. Modernos, confortables, aire acondicionado, CD, dormitorio incorporado. Etc.
Se hicieron series y películas donde de camionero se pasaba a actor. Brandon era un exponente de ese cambio. Y muchos se creyeron actores ….hay tantas cosas para decir ..pero con tu particularidad las has resumido en este bello relato. Genial!