LA ESQUINA BAR.

Claudio Bustos actuando en LA ESQUINA BAR.

       LA ESQUINA BAR.

Volviendo la vista atrás, apreciamos que la Guerra de Malvinas en 1982 aceleró el retorno de la democracia al país. La dictadura cívica militar autodenominada “Proceso de Reorganización Nacional “se fue del poder con las elecciones del 30 de octubre de 1983 y la asunción a la Presidencia de la Nación del Dr. Raúl Alfonsín el 10 de diciembre de 1983.

Este retorno a la democracia trajo consigo un nuevo tiempo con la presencia de los tres poderes del Estado; como efecto gratificante y novedoso la participación de muchos jóvenes en la vida activa del país.

El país trataba de reconciliarse de ese pasado oscuro, con actividades llenas de reuniones y participación social. Las ciudades de Argentina vieron en la esperanza el comienzo de un tiempo mejor.
Posadas no fue la excepción, además del funcionamiento de las instituciones democráticas, se apreciaba un movimiento comercial intenso y de confraternidad en los lugares de esparcimiento. La calle Bolívar, sus restaurantes, bares, etc, eran un claro ejemplo de ello.

Entre los muchos locales que se reactivaron y se abrieron podemos citar a “La Esquina Bar”, en Bolívar y 3 de febrero. Un espacio que rápidamente se convirtió en preferido por los habitantes de esas tardes-noches.

Rulo Rodríguez, Jorge Pernigotti y el “Gordo” Gutiérrez fueron la cara visible cuando abrió sus puertas en 1985.

“La Esquina Bar” se puso de moda para las reuniones de amigos, parejas y familias que buscaban pasar un tiempo grato, compartiendo con otras personas de la sociedad de ese momento.
El espacio trabajaba de lunes a lunes en razón de la presencia permanente de clientes; los días lunes también se llenaba. Ese día los cines de la ciudad exhibían los films con las entradas a 50 % de su valor. Al finalizar las exhibiciones los bares recibían al público del Cine Español y Sarmiento.

No solamente de comidas y bebidas se nutría “La Esquina Bar”, allí también se realizaban exposiciones de pinturas. Ramón Ayala exhibió sus obras y la música en vivo acompañaba a los comensales.

Eran muy jóvenes aún; algunos hicieron sus primeras presentaciones en público, otros siguieron su camino a la consagración mostrando su arte, el Chango Spaciuk, Jorge Biligoy, Juanito Rossler, Vera Tancredo, Claudio Bustos, Nono Freaza, Karoso Zuetta, Jorge Zapelli, entre otros, llenaron de música la noche posadeña.

No podemos decir que “La Esquina Bar” era el único lugar de esparcimiento en la ciudad en ese tiempo de la década de los ochenta, pero era uno de los preferidos. El clima del lugar no solo lo generaban los anfitriones, sino también el público que colocó a esa esquina como una un lugar importante de “la movida”.

Concurrir a disfrutar de unos tragos, un buen “lomo” y encontrarse con los amigos o conocidos de la ciudad eran siempre un pretexto para estar.

Mientras esto ocurría, Juanito Rossler cantaba “bossanova” con una reformulación estética y la compañía de Tancredo Neves en su inconfundible “portuñol”. El Chango daba los primeros indicios de eso que se llamaría “chamamé fusión”, mientras que Jorge Zapelli interpretaba “Para no decir que no hablé de las flores” (-Caminando-). Claudio Bustos y Karoso Zuetta también aportaban su arte.

Cuando no había “música en vivo”, Rulo Rodríguez ponía “casettes” de la “Nueva Trova Cubana”, para escuchar a Silvio Rodríguez o Pablo Milanés, o el tema más escuchado: “Pedro Navaja”.

El gobierno de Alfonsín tuvo con el tiempo un grave período de inestabilidad económica; esto provocó que en 1988 “La Esquina Bar” cambiara de dueños y de giro comercial.

– “¡Las épocas pasan…, los recuerdos perduran…!”.

www.ideasdelnorte.com.ar