María Becerra.Fotografía del face.
DE INFLUENCERS Y CHAPUCEROS.
Hace algunos años leíamos las quejas de los músicos cargando contra “la piratería” informática que destruía su trabajo sin pagar un solo centavo.
Las actrices y actores de carrera sostenían que los medios contrataban a personas de escasa formación actoral para evitar mayores costos.
Los importantes periódicos se encontraron que desde cualquier medio digital se hacía periodismo con la información que ellos brindaban. El “diario en papel” está desapareciendo.
En las radios ya no están los grandes, como Antonio Carrizo y su inconfundible voz diciendo:
– “¡Tito Junco… para “La Vida y el Canto!”.
La competencia de los canales de “streaming” que permiten al espectador ver contenidos por internet. Todo eso con un bajo presupuesto.
La industria se supo adaptar a los cambios, no todo es gratis o mejor “nada es gratis”. La música no es gratis, tampoco muchos “diarios digitales”.
En tanto cambio aparecieron “los influencers” y con ellos, los “chapuceros”.
Se dice que el “influencer” es una persona con capacidad de influir sobre otras, principalmente a través de las redes sociales; pueden ser “famosos” o estrellas de la cultura pop, expertos o líderes de opinión, individuos que crean impacto en las redes, blogueros y creadores de contenidos.
Lo novedoso es que muchas personas quieren ser “influencers” y percibir los cachets elevados, una nueva profesión que no se estudia en la Universidad.
Parece una contradicción que jóvenes como “Bizarrap”, uno de los más famosos haya logrado el éxito subiendo contenidos desde su casa de Ramos Mejía.
“María Becerra”, “la Mari de Quilmes”, es la cantante argentina más escuchada. Comenzó su carrera en las redes, primero en “Youtube”, antes de la pandemia ya era muy conocida.
Tradicionalmente el “marketing comercial” de las grandes empresas recurría a personas, artistas, de prestigio en la opinión pública. La publicidad de Mirta Legrand recomendando tal o cual joyería de su confianza, genera en el público aceptación. Pese a que “la Chiqui” va a la joyería a comprar, mientras que “Doña Rosa” a empeñar porque está atravesada por la crisis.
La plataforma de marketing de “influencers” destaca que el ochenta (80%) por ciento de la publicidad tiene éxito y es más económica.
Hace poco tiempo se hizo viral en el fútbol profesional el “influencer Spreen” quién debutó en Deportivo Riestra. Sin ser profesional ingresó al campo de juego y fue cambiado a los “59 segundos”.
Fue una campaña de “marketing”. El joven que tiene casi 29 millones de seguidores se dio el gusto de ingresar legalmente, (estaba inscripto en AFA por el club). Es un jugador FIFA. Aparecerá en las figuritas que se comercializarán, podrá integrar un equipo de los videojuegos y muchos de sus seguidores se harán hinchas de Riestra porque “Spreen” es jugador del club.
Dejando de lado los artistas, la mayoría de estos influyentes son personas jóvenes, tienen un discurso para los jóvenes y se mueven con comodidad en el mundo de las redes sociales.
La razón de su éxito quizás tenga una relación con el descreimiento social hacia los líderes tradicionales. Santiago Maratea recaudó casi 4.000.000 millones de dólares para que Independiente pueda levantar la inhibición por “falta de pago” de jugadores que había comprado. Maratea logró que socios e hinchas de Independiente pusieran plata de su bolsillo para el club, a sabiendas que la Comisión Directiva había administrado mal las finanzas. El “influencer” dice que la campaña fue un éxito e Independiente ahora está mejor.
Siempre en la sociedad han existido personas influyentes(“influencers”); también “chapuceros “esos que trabajan sin esmero y de un modo deficiente, en otras palabras, estafadores.
Algunos se atribuyen méritos o pericias que carecen, como aquél que realiza mal una obra y luego le atribuye el fracaso a un “caso fortuito”.
En las “redes sociales” …, también abundan “chapuceros”.
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4 respuestas
Gente corriendo detrás de la zanahoria, siempre las hubo y seguirá habiendo. Ahora es más notorio porque son más visibles. Los actuales medios de comunicación son extremadamente rápidos lo que da una ventaja al que coloca la zanahoria.
Creo que son todos chapuceros vendedores de ilusiones…
Hay nuevas generaciones consumistas, difíciles de entender por los que vivimos la mayor parte de nuestra efímera existencia en el siglo xx.
Interesante reseña, doc.
Sin lugar a dudas una nueva dimensión en el espectro cultural al que, quizás, por una cuestión generacional no tengo acceso y conozco muye superficialmente. Pero sin lugar a dudas una forma que se va imponiendo gracias al avance en la tecnología de las comunicaciones.
Siempre hubo quien tenía ” la justa”. Hoy día todo es vértigo y los que nacimos hace 50 o 60 años, aunque nos interesemos por las nuevas tecnologías, a menudo quedamos mirando como se va el pato, sin entender los nuevos códigos. Pero esto es imparable y hay que aceptarlo o amargarse. Prefiero lo primero. Y agradecer el haber tenido la oportunidad de vivir toda esta transformación! Buenas tardes!