LA CAMISETA DE PELÉ.

Imagen del diario El LItoral.

LA CAMISETA DE PELÉ.

Se han escrito muchas páginas llenándolas con historias de los deportes, especialmente el fútbol.

La pasión que éste genera trasciende lo estrictamente deportivo para ingresar en el “terreno emocional” hasta ribetes impensados.

Leyendo el diario “El Litoral de Santa Fe”, encuentro una nota donde se destaca que el “Club Atlético Colón” está gestionando por medio de una subcomisión la creación del Museo del Club.

La recolección de documentos y trofeos es un trabajo arduo. Entre ellos, la camiseta número 10 que utilizó Pelé el 10 de mayo de 1964.

Para el club esa es una fecha histórica. Ese día “Colón” derrotó al “Santos de Brasil” dos (2) a uno (1) en el estadio del Barrio Centenario. Después de ese encuentro la cancha comenzó a denominarse. “El cementerio de los elefantes”. Así sigue siendo actualmente.

– “¡Lugar donde mueren los grandes…!”.

Por entonces el “Santos de Brasil”, con Coutinho, Pelé y otras grandes figuras era considerado el mejor equipo del mundo. Pelé ya había ganado torneos continentales y dos (2) Copas del Mundo. Suecia 1958 y Chile 1962.

Esa camiseta de Pelé es algo que nos gustaría saber dónde está para el Museo; dice un integrante de la subcomisión.
El moreno jugador intercambió la casaca con el capitán de “Colón”, “Beto” Poncio. La familia de Poncio no sabe dónde está ni donde fue a parar.

La casaca blanca con la diez (10) en la espalda, era manga larga, escote en V e insignia del “Santos” en el pecho.

“¿Quién se llevó la camiseta número 10?”.

Salvo que esté en manos de un hincha con sentido de pertenencia, es muy difícil que la misma aparezca.
Alguien sin ser apasionado del fútbol la pudo haber llevado o aun siéndolo, le restó valor y jugó con ella en un potrero de “Santa Rosa de Lima” hasta deshilacharla, para dejarla abandonada en cualquier lugar.

La palabra “pasión” proveniente del latín, es un término asociado a la acción de padecer o de sufrir un sentimiento intenso hacía un ideal.
Dicen las voces del latín:
“Lleno de pasión, vacío de razón”.

Con esa pasión el 2 de junio de 1986 me quedé en el Estadio Olímpico Universitario de la ciudad de México, con la camiseta de Diego Armando Maradona. “El Diego”. Fue arrojada a la parte baja del estadio luego del triunfo 3 a 1 contra Corea del Sur. ¡Algo inolvidable…!

La cuidé, pero hoy estoy igual que los Poncio:
“ no sé dónde está, ni donde fue a parar”.

¿Cómo se determina el valor de las cosas? –

El valor de algo se determina por cuanto se estima que vale en términos de satisfacción, de necesidades, deseos, expectativas, es decir, depende de su utilidad para alguien.

La “teoría subjetiva del valor” dice que el valor de las cosas depende del consumidor. Un buen bien depende de los deseos y sus necesidades.

El valor de la camiseta de Pelé, no solo refiere a la camiseta del ídolo, sino al recuerdo de un hecho histórico…, El triunfo deportivo.

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4 respuestas

  1. Efectivamente, las cosas tienen un valor comercial y otro subjetivo, este último determinado por pertenecer a alguien que es parte de nuestros afectos o por evocar algún momento de gloria. Ese valor subjetivo, como bien lo señala el autor, no tiene nada que ver con las leyes del mercado, se rige por las leyes del corazón.

  2. Esas cosas tienen el valor que les otorga el dueño y el día de la venta lo determina la puja entre los fans.
    Yo tengo un reloj despertador de mi abuela para la mayoría no valdría ni mil, para mí es un tesoro.

  3. El valor subjetivo depende de la subjetividad de las personas, de historias personales, de fanatismo, de amores…
    El autor nos retrotrae a un pasado recordado con nostalgia, y eso es bello.

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