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VACACIONES EN EL CHIMIRAY.

Yo me llamo Héctor, me dicen Hetor o el Negro, pero mi novia la Raela directamente me dice “Gordo”.

Esta semana me dijo:

-¡Estamos en noviembre, casi llega el verano, tenemos que aprovecharlo al Chimiray en estos días de mucho calor!-

-¡Como tengo 10 días de vacaciones en el trabajo, podemos irnos en carpa cinco días a la Playada ¡-

La Raela tenía sus dudas porque siempre íbamos y regresamos en el día, no estaba muy convencida, pero con su espíritu aventurero pensó que serían unas vacaciones diferentes.

Con cierto tono de ironía me encaró:

-¿Cómo vamos a llevar las cosas sino tenemos auto, ni moto?-

-¡Te explico:

Voy a comprar en el JEMPA, picadillo, galletitas criollitas, yerba, harina, aceite, arroz, fideos, sardinas, corned beef, sal, azúcar y galletitas dulces.

Le pedí a Chuquel de La Vínica que me guarde seis botellas de Tunquelén, las bolitas buscamos en la Sodería de los Chaikoski y una gruesa de cigarrillos del Kiosko de Ico Franco, que está en el tacuaral al lado de la Iglesia, y que atiende doña Teresa.

-¡Una olla negra, el sartén, la pava, el mate y el farol a kereosene!-

-¡Vas a poder estrenar tu bikini a lunares y vas a ver que nos van a confundir con Alaín Delon y Jane Fonda!-

-¡Gordo, a mí me van a confundir con Jane Fonda, pero vos no tenés los ojos celestes, ni la cintura de Delón!

-¡Bueno ,tampoco me tires tan abajo, yo sé que como dice Don Adelio vos tenés las medidas perfectas 60-90-60-, sos rubia y estás re fuerte, pero yo también tengo lo mío, acordate la última vez que fuimos, aquella morocha que no me sacaba los ojos de encima!_

Para no continuar con una escena de celos le digo:

-¡La carpa la armamos lejos de la gente, cerca de la entrada a la Cruz, para no cruzarnos tanto, porque sabes que el sábado y el domingo se llena!-

-¡Nos vamos el 7 de enero y volvemos el lunes 11!-

-¿No te parece mejor venir el domingo?-

-¡No ,el domingo vienen todos los colimbas que se bajan del Cochemotor y no hay lugar para nada!-

-¡Raela el jueves tomamos el colectivo de Vialey, el de las 11, yo subo con una bolsa en la esquina de la Panadería de Moretti y vos subís con la otra en lo de Pichaka, porque si subimos juntos el dueño del colectivo va decir que llevamos muchos bultos!-

-¡Todo bien me dice!-¿pero no llevamos carne y pan?-

-¡Pan no necesitamos si falta carne buscamos en lo de Don Acevedo en Curuzú a la mañana!-

El jueves a la tarde Raela tomaba sol en el mismo lugar donde lo hacía Elsa Leonor, y no pasaba desapercibida, los muchachos que cruzaban le clavaban la mirada.

Aproveché para tirarme unos puntazos en la Cruz, porque había más profundidad y también unas  brazadas allí mismo, desde el tronco del árbol hasta la parte playa.

El agua impecable, limpia y la base de pedregullo. El viernes nos cruzamos un rato al balneario al otro lado del puente, donde se podía nadar porque era bastante profundo.

Venía bárbaro todo entre arroyo, sol, arrumacos y mimos, hasta que la Raela me dice:

-¿Gordo no tenemos para escuchar música?-

Me extraña le dije,-¿que no confíes en mí?-

-¡Traje una radio portátil que vende el Petiso Selva en Posadas, a pilas y con muy buen sonido!-

-¡Mañana escuchamos a la una por LT4, “El llamado telefónico” de Jovita del Valle”, después seguimos con “Mensajes de Música y Palabras” por ZP5 Radio Encarnación, donde hay dedicatorias y música!-

-¿Vos que sabes tanto explícame porque en las felicitaciones y dedicatorias a las parejas que se casan, ponen la canción “La Novia” de Antonio Prieto, si la letra dice:

“Blanca y radiante va la novia.

Le sigue atrás un novio amante.

Y que al unir sus corazones.

Harán morir mis ilusiones…

Y yo sé que olvidar nunca podría,

Que era yo y no aquél a quien quería.”

-¿Y lo hacen siempre?-

-¿Ella quería casarse con el otro?-

-¡No supe que contestarle!

Disfrutamos de lo lindo el domingo, vino todo Apóstoles, saludos con los amigos, risas, reuniones compartidas y el arroyo impecable a pesar de la cantidad de gente que había.

Por la tarde disfrutamos de la música que ponía Don Ramírez en el Balneario, aquel entrerriano dueño de un circo que se quedó a vivir en La Estación; se escuchaba perfecto por el parlante.

Como no teníamos hielo metíamos las botellas del tinto y las bolitas enterradas en los bordes del arroyo debajo del agua, para tomarlas bien fresca.

La noche del domingo un final a toda orquesta, apagué el farol y puse los bailables de Radio Encarnación, bailamos abrazados a la luz de la luna…-el final se los dejo a su imaginación.

Pasaron rápidos los días, pero igual disfrutamos del agua el lunes, desarmamos el campamento y a las 7,15 estábamos sobre el puente esperando el colectivo para regresar.

Abordamos con los bártulos y nos sentamos juntos en la mitad del transporte.

-¿Cómo estuvo todo mi amor le pregunto?-

-¡Hermoso como vos mi Gordo, me dijo!-

Nos dimos un beso largo y una señora que subió en La Estación, en el almacén de Don Pasternik, dice en vos alta:

Que degeneramiento, la juventud de ahora ya perdió el respeto.

A modo de reflexión “la felicidad son momentos de dicha” que nada tienen que ver con la ostentación, el dinero y menos con la paquetería cursi”.

Ideas del Norte.com.ar

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11 thoughts on “VACACIONES EN EL CHIMIRAY.

  1. Relato que me retrotrajo a los finales de la década del sesenta cuando conocí el Chimiray “de la estación”.
    Que hermo tiempo…la pucha.

  2. Tu relato me recordó cuando conocí el Chimiray. Mi viejo me dijo que a v ves crecia y tenía correntadas fuertes. Nunca tuve bien claro si era río o arroyo. Un gallego conocido de mi familia se había comprado una chacra a orillas del Arroyo, así le decian. Era lindo pasar las tardes de vacaciones allí…Pasaste desde el Tunquelen a Delon, de la música a la ZP5 , desde el romanticismo de un largo beso a la vieja criticona en un relato corto y ameno. Me gusto,me trajo recuerdos y me hizo reír. Mejor imposible

  3. Lindo repaso de los lugares turísticos que disfrutábamos , en nuestra época, lindo recuerdos que surgen de la lapicera del Dr Claudio Ramón Chavez, personaje ilustre de la Justicia

  4. Si bien yo no viví aquí en esa época, advierto que sus pinceladas rescatan una situación memorable que compartieron muchos. Quizás porque transcurro los sesenta y como todos,tiendo edulcorar el pasado, creo como usted Doc. que en aquella época para ser feliz, solo bastaba querer serlo…

  5. La reflexión final es lo más acertado que escuche en mucho tiempo, no se necesita tenerlo todo, para disfrutar de la vida. Con la compañia adecuada y las ganas de hacerlo, se puede gozar de momentos imborrables.

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