LA VIRGEN DEL CEMENTERIO.

LA VIRGEN DEL CEMENTERIO.
Tato, Tito y Toto eran amigos inseparables; estaban terminando el secundario en la Escuela Industrial, se pasaban el día planeando travesuras. Salían de aventuras por las noches en las calles de Apóstoles, al igual que los Burtnik de Colonia Unión, buscando vértigo donde otros solo veían rutinas.
Una noche calurosa, mientras pedaleaban sin rumbo, Tato frenó de golpe. Y dijo:
– “Che… ¿y si vamos al cementerio?”. Propuso con esa chispa en los ojos que siempre anunciaba problemas.
– “¡Para qué!”-preguntó Tito frunciendo el ceño.
– “¡Dicen que todavía se aparece la Virgen!”-contestó Tato bajando la voz, como si el aire pudiera escuchar.
La historia de la Virgen en el cementerio fue instalada en el imaginario popular, con motivo de un rayo de luz que reflejaba por las noches en el camposanto. Algunos decían que era un mensaje místico en ese lugar donde descansaban los muertos. Los ómnibus que pasaban por la ciudad rumbo a Buenos Aires, detenían su marcha en la zona del Barrio Chaquito para que el pasaje observe esa disposición milagrosa.
Los tres se miraron. No era la primera vez que escuchaban esa historia; vecinos aseguraban haber visto en las madrugadas una figura luminosa que caminaba entre las tumbas. Algunos hablaban de milagro, otros de castigo.
Con el corazón apretado por la curiosidad más fuerte que el miedo, rumbearon hacía allá, dejaron las bicicletas en el portón y entraron. El viento movía las ramas secas y el ruido del portón de acceso se clavó en sus oídos como un presagio.
En un acto de audacia querían ubicar en qué tumba aparecía la luz para tomar como mensaje, o presagio de algo que excedía la razón humana.
A cincuenta metros del acceso se encuentra la Cruz Mayor, les impresionó que aún en la noche ardían las velas encendidas por los familiares de los difuntos en horas de la tarde.
– “¿Por qué no se apagaron las velas?”-Preguntó Tito con temor.
– “¡Me están temblando las piernas!”. Agregó.
Desde lejos la luz se reflejaba en el centro del cementerio, superando la distancia del lugar donde aún ardían las velas que encendieron los familiares de los difuntos.
Dieron unos pasos más…, cuando la vieron.
Allí, al fondo donde estaba la canilla de agua a bomba de pistón o bomba de mano, una figura blanca parecía deslizarse en la noche. No caminaba…, flotaba. Sus brazos extendidos irradiaban una luz suave, similar a una vela en la oscuridad.
Quedaron paralizados los tres…, en silencio…, como si cualquier palabra o expresión produjera una reacción inesperada e incontrolable de la imagen.
Tito, aumentó el miedo; Tato tragó saliva, pero ni un sonido salió de su boca. Tato, que había sido el más valiente, apenas atinó a hacer la señal de la cruz.
La figura se detuvo y realizó un giro hacia ellos…, pareció mirarlos por un instante, como reconociendo en esos muchachos una mezcla de fe y travesura. Luego, se desvaneció en la penumbra de la noche …, como si nunca hubiese estado allí.
Empezaron a caminar hacia atrás sin quitar la mirada al lugar de la aparición. No hablaban, seguían “pálidos ”.
Al trasponer la Cruz Mayor, comenzaron a rezar al unísono “el padre nuestro”.
Salieron del cementerio y tomando sus bicicletas, se alejaron por el bajo rápidamente. Recién en la Avda.9 de Julio se detuvieron, sobresaltados…, con el temor aún latente, repasaron lo alucinante de la historia.
Tato, Tito y Toto, podían comentar haciendo alarde de su valentía de ir al cementerio de noche, pero nadie le creería que las velas de la Cruz Mayor estaban encendidas… y menos…, que en su camino se cruzaron con la Virgen…
Ramón Claudio Chávez.
www.ideasdelnorte.com.ar
Que lindo relato. Algo diferente hoy. Además más temprano que otros sábados. Relatos de Vírgenes aparecidas hay muchos. Pero este tiene la mezcla de la inocencia, la travesura, el susto, y la verdad de lo que los chicos vieron. Nadie podrá decirles: vos no viste eso, porque aún en su imaginación, es lo que vieron.
Hay un mexicano que tiene relatos del lado oscuro por Youtube. Tuve el gusto de conocerlo personalmente, hace varios años. Es el ingeniero Cantalapiedra. Suele hablar del tema de
Aparecidas, pero creeme, que no logra en tan pocos renglones, un relato tan claro.
Me encantó!
Estimado..un relato muy descriptivo de la historia de la imagen que “salia” del cementerio de Apóstoles. Recuerdo que varias noches fuimos con mi familia a curiosear este imagen que se reflejaba era un “milagro/fenomeno” desde la bajadita frente al actual casino. Los comentarios eran muchos y de los mas variados dependiendo de la imaginación que le ponía cada uno. Si fue un momento muy comentado y no recuerdo cuanto tiempo duro duro. Trajiste a mi memoria hechos y vivencias muy hermosas de la “Ciudad de las Flores”. Fuerte abrazo!!
Un breve relato para “resucitar ” una historia paranormal que inquietó y asombró a muchos. En el límite del misterio, el autor se maneja con maestría.
El relato, por cierto muy bien logrado, es consecuente con las versiones de gente muy mayor, que relata este tipo de experiencias en el servicio militar, particularmente durante las guardias en inmediaciones de este cementerio.
Al parecer era una recomendación alarmante de los soldados veteranos a los reclutas para agravar más la aprehensión de estos. El resto lo hacían, la leyenda,la imaginación y quizás lo inexplicable…
Bueno algo sacaste de la galera Claudio! Que relato! Los totos existen o son personajes que trajiste para contar la historia? Está genial!
Cosas de Cementerios, son todas un desafio y en todos lados se cuentan cosas.Una tarde Pocho Hezze de Andalgala, Catamarca, lo invita a su amigo el flaco Jesus Alba a un desafio adentro del cementerio y de noche.Debian partir. Cada uno de puntos diferentes y encontrarse en la Cruz mayor del medio. Lo que no sabian que dos guardias nocturnos cuidaban toda la noche, evitando los comunes saqueos tipicos nocturnos.No tenian que llavar linternas, solo a la luz de la luna.El Pocho bien salto el muro Este, fue atrapado por los guardias y estando retenido en la. Sala al lado de los baños, les dice que, el flaco andaba adentro cumpliendo el desafio.Los guardias lo emboscan y le prenden sus potentes linternas a la cara….ja..ja..ja… El flaco. Salto olimpicamente el muro Oeste y corrio hasta el distrito de Chaquiago, sin parar…su loca carrera gritaba desaforado, !!!las luces atraparon a Pocho en el cementerio!!!.Esto que paso en los años 1970, todavia se cuenta en los Bares de Andalgala.